Al borde del mar infinito, se yergue escondido en el tiempo, un castillo, construido con ideas ingenuas que ocultan secretos que a pocos interesan.

Tras cortinas vaporosas y viejos muros, se halla siempre abierta su puerta esquiva. Dentro, algunos encontrareis consuelo; otros sin embargo solo una ilusión ajena que os hará perder un valioso tiempo entre sus vacíos corredores.

lunes, 17 de agosto de 2009

UNA SERIE DE CATASTRÓFICAS DESDICHAS

¡¡¡AUN ESTAIS A TIEMPO DE RETRACTAROS!!! ¡¡NO LEAIS ESTO!!

Ilustración del recopilatorio de toda la serie.

Querido amigo, si entraste aquí esperando leer una critica de un lector enojado y calumniado tras contemplar un alegre cuento de niños en movimiento, has venido al lugar equivocado. Sin embargo, si lo has hecho para descubrir como Una serie de Catastróficas Desdichas han creado una experiencia cinematográfica interesante, irónica y llena de crueldad basada en la saga de literatura juvenil más brillante de nuestro tiempo, acabas de acertar de pleno.


Segundo volumen de la serie, en el que encontrareis sopas frias en invierno, fobias, sanguijuelas y manuales de gramática.

Es ciertamente una gran desdicha, que el mercado literario español cuente con apenas la mitad de los títulos de Lemony Snicket que existen en inglés, incluso a más de cuatro años de estrenada la película. Iluso de mi, yo esperaba que esta diera una mayor difusión de las historias de los hermanos Baudelaire y que luego, eso provocara en los nuevos lectores el deseo de conocer la continuación de sus desventuras. Nada más lejos la realidad, ya que todavía sigo esperando, y la cosa va para largo. Solo Tusquets y Círculo de lectores se atrevieron a publicar los tomos 7 y 8 hace más de un año, y puedo imaginar que la brusca interrupción se debe a la ausencia de ventas, pues a día de hoy… el resto sigue inédito. Así que hoy mismo he encargado los que me faltan a Amazon.


Los protagonistas de la historia son tres chicos huérfanos. Klaus Baudelaire tiene 12 años y usa gafas y "Aunque esto le hacía parecer inteligente, Klaus era realmente inteligente." Klaus tiene afición por la lectura y ha leído muchos de los libros de la enorme biblioteca de sus padres, lamentablemente perdida en el incendio que lo volvió huérfano. A diferencia de su hermana, Klaus se da poca maña con las herramientas, pero tiene una capacidad aparentemente infinita para retener todo aquello que ha leido alguna vez. En este volumen, Klaus experimentara un extraño suceso relacionado con la vision en el cuarto volumen de la serie.

Y es que en "Una serie de Catastróficas Desdichas", un desalentador y anchuroso titulo que expresa claramente el deleite que profesa el autor por aparentes explicaciones innecesarias, hallarás constantes paréntesis aclaratorios. La obra de Snicket se caracteriza por un entorno demente repleto de placeres causados por miserias ajenas. Mi intención en este extenso monográfico, dedicado a la que considero una de las mejores aportaciones a la literatura infantil/juvenil que he leído hace mucho, es revindicar su lectura. Hace ya bastantes años, cuando aún no había leído nada, soltaba una sonrisa extraña ojeando en las librerías las irónicas advertencias de las contraportadas de la serie de desventuras que les ocurren a los hermanos Baudelaire. Por desgracia, nunca llegué a leer mas hasta el estreno de la película, que volvió a acercarme a los libros gracias a la económica edición de Planeta.

Sunny Baudelaire, la menor de los hermanos, es una bebé muy pequeña, con dientes afiladísimos y poderosos, cuya principal afición es morderlo todo. Sunny está "en esa edad en la que uno se comunica básicamente mediante ininteligibles chillidos", pero afortunadamente sus hermanos la entienden sin problemas.

En estas historias no encontrareis párrafos moralizando niños a que se adapten a la sociedad, vean lo bonito de la vida o pongan sus esperanzas en la magia. Ya el autor, se lamenta desde el principio hablando de unas inmerecidas desgracias causadas a los hermanos Baudelaire, siempre protagonizadas por los adultos. Seres ineptos, egoístas, envidiosos, pomposos, ignorantes y que en el pasar de los años, lo único que parecen aprender es a tener miedos y perderse en complejos. La vida no se nos muestra a través de los Baudelaire llena de encantamientos, sino de engaños e intereses; pero no carentes de un sorprendente torrente de imaginación y originalidad. El mundo es un lugar peligroso, donde la muerte puede estar a la vuelta de la esquina, incluso para unos niños.

"Estoy seguro de que vosotros habéis deseado en algún momento de vuestra vida haber sido educados por gente distinta a la que os está educando, pero en el fondo de vuestro corazón sabíais que las posibilidades eran mínimas." Lemony Snicket (Un mal principio)
Harper Collins lleva editando los libros de Snicket en los Estados Unidos desde 1999, y el nivel de ventas tuvo tal impacto en los lectores que las comparaciones con la saga de Harry Potter eran inevitables, a pesar de que guardaban muy poco en común. Es particularmente curioso como la figura del esquivo Lemony Snicket sigue envuelta en misterio. La información acerca del autor provista por la editorial en su sitio web es sombría e invita a la sospecha:

Fijaos en el esmero del ilustrador recreando escenas de la saga.

"Lemony Snicket nació antes que ustedes, y probablemente muera también antes que ustedes. Su familia tiene raíces en una parte del país que actualmente se encuentra bajo las aguas, y su infancia transcurrió en el relativo esplendor de la Villa Snicket, la cual ha sido después una fábrica, una fortaleza, y una farmacia, y es ahora, lamentablemente, la Villa de otra persona. Para el ojo poco entrenado, la ciudad natal del Sr. Snicket no parecería estar llena de secretos. Ojos poco entrenados se han equivocado antes."


"Hubo un escándalo, por supuesto, y las consecuencias fueron rápida, cruel e incorrectamente difundidas en los periódicos del día. Sin embargo es cierto que el señor Snicket fue despojado, por las autoridades correspondientes, de varias condecoraciones, como la Mención de Honor, el Galón Gris, y el Primer Segundo Premio. La corte llegó a un conveniente aunque cuestionable veredicto y el Sr. Snicket se encontró en el exilio."

"A pesar de que sus estudios formales se centraron en el análisis retórico, en los últimos tiempos se ha dedicado a investigar las cuitas de los huérfanos Baudelaire. Este proyecto, que ha ido siendo publicado por Harper Collins, lo lleva a la escena de numerosos crímenes, por lo general en temporada baja."

"Eternamente perseguido e insaciablemente inquisitivo, ermitaño y nómada, el Sr. Snicket les desea sólo lo mejor."

"Las buenas personas que van a publicar este libro tienen una preocupación que me acaban de expresar. La preocupación es que los lectores como vosotros leerán la historia de los huérfanos Baudelaire e intentarán imitar algunas de las cosas que ellos hacen. Así pues, en este punto de la historia, para apaciguar a mis editores —el verbo «apaciguar» significa aquí «hacer que dejen de arrancarse los pelos de desesperación»—, permitidme, por favor, daros un consejo, a pesar de que no sé nada acerca de vosotros. El consejo es el siguiente: si alguna vez necesitáis llegar cuanto antes a la Cueva Sombría, no robéis un barco e intentéis cruzar el Lago Lacrimógeno en medio de un huracán, porque es muy peligroso y las posibilidades de que sobreviváis son prácticamente nulas."

Lemony Snicket




Hay un video además en la página oficial, acompañado por la música de los Gothic Archies, que muestran a Snicket esquivo avisándonos sobre su último libro y que el peligro esta mas cerca que nunca...

En los libros, es posible dar con algunos datos aislados sobre él, como su nostálgico amor por la fallecida Beatrice, a quien dedica todas las desdichas de los Baudelaire. Particularmente memorables son sus viajes por el mundo o sus excéntricas amistades que nos despiertan por igual tanto sonrisas como la más profunda de las perplejidades. Se dice que en las raras ocasiones en que concede entrevistas, Snicket es muy parco, a pesar de lo cual ha revelado su afición a la taxidermia y el clavicémbalo. Ha recomendado la lectura de La famosa invasión de Sicilia por los osos, de Dino Buzzati aconsejando además a los niños que quieren ser escritores que eviten usar zapatos ruidosos cuando escuchan por el agujero de las cerraduras.

Todas las fotografías conocidas de Lemony Snicket lo muestran vestido con sombrero y de espaldas, tras un paraguas o entre la bruma. Sabemos, sin embargo, de la existencia de una autobiografía no autorizada de Lemony Snicket: Unauthorized Autobiography (Harper Collins, 2002), prologada por Daniel Handler. Su edición en tapa dura trae una conveniente sobrecubierta que permite camuflar el peligrosísimo verdadero material de lectura bajo la fachada del falso libro The Pony Party (La fiesta del pony), supuesta novela de Lenoy M. Setnick (anagrama de Lemony Snicket), autor de la serie de libros "The Luckiest Kids in the World" ("Los chicos más afortunados del mundo")

Parece ser que la razón por la que Snicket no se deja ver tan fácilmente es porque se debe a la solemne promesa que se hizo por motivos que aun desconozco, a consagrarse la noble y arriesgada tarea de narrar la terrible historia de los huérfanos Baudelaire, asediados constantemente por la avaricia del Conde Olaf, que asistido por los secuaces de su grupo de teatro, pretende adueñarse de la fortuna que los niños heredarán en su mayoría de edad, tras la trágica muerte de sus padres en el incendio que da inicio al primer libro de la colección. A pesar de las dificultades y los peligros que poco a poco descubrimos Snicket ha debido sortear, este no escatima esfuerzos para avanzar en su investigación. Y a medida que va escribiendo, hace llegar a sus editores los originales de cada libro junto a notas donde anticipa pistas sobres las cuales se extenderá en el siguiente volumen o unas coordenadas para ubicar el manuscrito. El desdichadísimo y extenso folletín culminó con la publicación del treceavo libro de la colección, publicado un viernes 13.


En www.lemonysnicket.com se ofrece una parodia de guía de actividades para grupos de lectura. Hay allí una serie de preguntas que retoman la cuestión de los roles modélicos en los libros de Lemony Snicket. Fijaos en algunas de ellas: 7) Violet, la mayor de los niños Baudelaire, frecuentemente arriesga su vida usando alguna de sus invenciones en un intento desesperado por escapar de la codicia del Conde Olaf. ¿Es este un modelo adecuado para las jovencitas?; 8) Klaus, el Baudelaire del medio, suele hallar información perturbadora cuando investiga las malignas estratagemas del Conde Olaf. ¿Es este un modelo adecuado para un jovencito?; 9) Sunny, la menor de los hermanos Baudelaire, ocasionalmente usa sus afilados dientes de manera agresiva para repeler las conductas amenazadoras del Conde Olaf. ¿Es este un modelo adecuado para los jóvenes bebés?; 10) Cada libro de "Una serie de catastróficas desdichas" está dedicado a Beatrice. Cuando Harper Collins le preguntó al Sr. Snicket acerca de esta misteriosa mujer, él rompió en llanto y le fue imposible responder. ¿Es este un autor apropiado para jóvenes lectores?". Las preguntas son muy divertidas, con incluso un prologo para los profesores al estilo Snicket.

Aunque Lemony Snicket afirma ser una persona real, otros sostienen que Daniel Handler lo creó como cubierta cuando investigaba a grupos de derecha para su primera novela, y agregan que más adelante fue un alias utilizado por allegados de Handler para pedir pizzas a domicilio. También seasegura que cuando encaró la escritura de libros para chicos y se vio en la necesidad de elegir un seudónimo, Handler echó mano del nombre que ya había hecho suyo: Lemony Snicket. Sin embargo, reiteramos, Lemony Snicket insiste en ser alguien real.

No hay que olvidar la figura de Brett Helquist, ilustrador oficial de los libros de Snicket. Entre sus antecedentes figuran haber nacido en Arizona, haberse graduado en Bellas Artes, haberse mudado a Nueva York, haber ilustrado, entre otros, los libros de Bonícula, de James Howe, haber publicado un libro (Roger, el Pirata Alegre) como autor integral, y haber trabajado para la revista infantil Cricket y el periódico The New York Times.

Los títulos publicados hasta ahora son: The Bad Beginning (Un mal principio), The Reptile Room (La habitación de los reptiles), The Wide Window (El ventanal), The Miserable Mill (El aserradero lúgubre), The Austere Academy (Una academia muy austera), The Ersatz Elevator (El ascensor artificioso), The Vile Village (La villa vil), The Hostil Hospital (El hospital hostil), The Carnivorous Carnival (El carnaval carnívoro), The Slippery Slope (La cuesta resbalosa), The Grim Grotto (La gruta horrenda), The Penultimate Peril (El penúltimo peligro), The End (El Fin) La Biografía no autorizada y The Beatrice Letters.


Este es el volumen de las especulaciones sobre Snicket. Una pequeña joya que espero tener esta semana en mis manos.

En la edición española, figuraba en contratapa una advertencia firmada por el Sr. Snicket ‘con el debido respeto’, donde se aconsejaba al lector desprevenido que abandonara inmediatamente la lectura y evitara internarse en la terrible trama de las vidas de los desdichados huérfanos Baudelaire. Una pena que en la edición de Planeta que recopilaba los 3 primeros, la quitaran…

Cuenta Handler que cuando la editorial le pidió que redactara la contratapa de sus primeras desdichas tuvo serios problemas, sobretodo después de leer las de otros libros para jóvenes. Fue entonces cuando se le ocurrió redactar las suyas a la manera de las advertencias presentes en los envases de venenos: una lista de ingredientes más el aviso de que no deben ser consumidos. Fijaos en la advertencia del primer número, Un mal principio:

Sunny encerrada en una jaula como si fuera un animal. Los que hayais visto solo la pelicula, sabed que en el libro ocurre al reves, y no es Klaus quien la libera sino Violet, que inventa el garfio.


"Querido lector:

Siento decirte que el libro que tienes en las manos es extremadamente desagradable. Cuenta una triste historia acerca de tres niños con muy mala suerte. Aunque son encantadores y muy listos, los hermanos Baudelaire llevan una vida llena de desgracias e infortunios. Ya desde la primera página de este libro, cuando los niños están en la playa y reciben terribles noticias, y a lo largo de toda la historia, todo tipo de desastres les van pisando los talones. Casi se podría decir que tienen un imán para las catástrofes.


Sólo en este librito tan corto, los tres jóvenes y simpáticos niños se enfrentan a un codicioso y repulsivo malvado, se ven obligados a llevar ropa que pica, sobreviven al desastre de un pavoroso incendio, a un complot para despojarles de su fortuna y a tener que tomar gachas frías para el desayuno. Yo tengo la triste obligación de escribir esos desagradables acontecimientos, pero a ti nada te impide cerrar inmediatamente este libro y leer algo más alegre, si es eso lo que prefieres."

Edición en Tradepaperback mas económica que se vende en los USA. He leido por ahí, que incluye un relato inedito anterior a la saga, en el que los Baudelaire cenan por última vez con sus padres y son visitados por un extraño personaje... A ver si es verdad.
Esta brillante y original estrategia, en sintonía con la insistencia reiterada del narrador dentro de la novela sobre el advenimiento de terribles sucesos, se supone que ofrece a los lectores la opción de abandonar el libro o de por lo menos a no ilusionarse con la posibilidad de un final agradable… El peculiar recurso caló y se extendió a todo el material de promoción editorial, como marca de la casa. El sitio web dedicado a la serie de Snicket, el cual os recomiendo que visitéis es buena muestra de ello:


Hace poco, gracias a varias entrevistas a Handler en youtube, foros y un artículo online de Grisel Pires dos Barros, del que he sacado casi toda la información de este monográfico, descubrí como Handler se las apañó para publicar sus historias. Por lo visto estaba buscando editorial para su primera novela, cuya trama se desarrollaba en una escuela secundaria, y le sugirieron ofrecerla a editoriales de libros juveniles; dio entonces con una editora que aunque rechazó su novela, le dijo que debería escribir ficción para niños. Handler se negó, pues los libros para chicos que conocía eran muy malos y su estilo, un tanto negativo, sería más bien una mala influencia que algo didáctico o divertido. Pero ella insistió, y Daniel Handler finalmente accedió a tener una reunión para presentarle una idea que estaba seguro de que la editora rechazaría: la historia de unos chicos que van creciendo y a los que siempre les ocurren cosas terribles. Para su sorpresa, a ella le gustó y lo instó a seguir escribiendo. Handler no dejaba de pensar que en algún momento alguien iba a darse cuenta de locura que se traían entre manos, y decidirían no publicar su trabajo, pero por suerte para nosotros, se equivocó.

Este es el libro que mas me ha costado conseguir. Lo espero pronto, aunque total... solo me ha costado 1 céntimo cada uno más los gastos de envio en Amazon, eso sí, recordad que si lo comprais está en inglés.

Handler no quería escribir cierto tipo de literatura juvenil, el típico cuento de niños angelicales, que casi parecen tontos. Como si los chavales sólo pudieran tolerar historias agradables con finales felices y tramas sencillas (para que no se aburran), escritas en lenguaje elemental (para que no se pierdan), donde se les enseñe algo útil (para que oportunamente se conviertan en hombres y mujeres también útiles) y sin exponerlos a circunstancias cuya imitación pueda ser peligrosa (ya que, para ser adultos útiles, deberán primero llegar a adultos). Pero afortunadamente, hay algunos escritores que se salen de esas premisas, como bien lo saben quienes inscriben a Handler en la tradición de Roald Dahl, del que toma los ácidos aleccionamientos infantiles y sus peculiares atmósferas. También es patente la sombra de Edward Gorey, por el uso del humor negro, el modo en que retoma los cuentos clásicos, y por los juegos de lenguaje presentes en los títulos, sobretodo en los anagramas del Conde Olaf.


Gorey, artista notable por sus dibujos torcidos y macabros de cuya estética, Tim Burton es reconocido deudor. Buscad alguna ilustración por Internet…



Volviendo a Snicket, no podía dejar de mencionar, hablando de humor negro; las dedicatorias de cada libro a Beatrice. De la que poco a poco, iremos descubriendo más y más información a lo largo de la serie. He aquí algunos ejemplos:
Para Beatrice
Mi amor por ti vivirá para siempre.
Tú, sin embargo, no lo hiciste.

(La Habitación de los Reptiles)
Para Beatrice
Siempre estarás en mi corazón,
En mi mente,
Y en tu tumba.

(La Academia Austera)

Para Beatrice
Cuando nos conocimos mi vida comenzó,
Pronto después, la tuya terminó.

(Es ascensor artificioso)
El modelo del folletín es omnipresente en "Una serie de catastróficas desdichas" Handler se vale de dos movimientos simultáneos: la repetición de lo ya dicho y la anticipación de lo que sucederá, a fin de lograr el enganche necesario para que el lector ansíe la llegada de la próxima entrega.


Lo siento, aunque Gorey merecería un monográfico aparte, no he soportado la tentación de colocar unas pocas imágenes más, por lo inquietantemente cándidas que resultan.

El truco está en que la anticipación sea suficiente pero no excesiva, porque en este último caso, el lector perdería el interés en lo que de la trama se resguarda para su futura revelación. Es decir que la expectativa asume un rol central ¿Y de qué se nutre esa expectativa? De lo que el lector sabe acerca del tipo de relato que está leyendo. Por cierto, olvidaos de consultar la Wikipedia, os destripara TODO.

Este es el libro por el que voy, a ver que sorpresas me encuentro...

Por ejemplo, si leo una novela policial, puedo suponer que en algún momento se descubrirá quién fue el autor del crimen y que probablemente el modo de acceso a esta información no será la consulta de un oráculo… cosa que curiosamente, como veremos en el Carnaval Carnivoro, el libro que me estoy leyendo actualmente, no será del todo descabellado, pero esa es otra historia. En el caso de Lemony Snicket, la expectativa se alimenta de lo que el lector sabe acerca de ese tipo de literatura infantil que Handler no quería escribir, y de cierta perspectiva sobre los chicos.

Tampoco he podido evitar colocar una foto de Gorey en esta escena que auna todas sus pasiones: Soñar, la literatura, los gatos y una sin duda, imagen impactante.

De esta manera, Handler le da una vuelta de tuerca y hace que sus libros giren en torno a un mecanismo que podríamos llamar la: ‘expectativa invertida‘. Lo primero que se dice en Un mal principio, La habitación de los reptiles y El ventanal es que la historia que se va a contar es terrible y terminará mal. El narrador vuelve una y otra vez sobre esta advertencia; aún así, la literatura infantil está tan fuertemente constreñida a los finales felices que el lector insiste en prever resoluciones felices, sólo para encontrarse a cada paso con el adictivo y frustrante, peor desastre. "Una serie de catastróficas desdichas" encuentra su lugar de escritura en la tensión que surge de la utilización constante, de la negación de un modelo. Handler saca provecho de esa tensión a partir del humor y una lúgubre ironía, estableciendo a la vez un estrecho vínculo con el lector, basado no en la identificación con los protagonistas, como suele suceder en los libros para chicos, sino en la invitación a participar en un juego del que no saben las reglas.

El malvado Conde Olaf, cuyas maquinaciones van mucho mas lejos de lo que podamos imaginar en un mal principio...

El primero de ellos, es el juego con las definiciones de palabras. El vocabulario con que se cuentan las historias a los chicos es un problema de la literatura infantil. Algunos opinan que es necesario simplificarlo, a fin de que todo quede clarísimo; otros, que los niños deberían leer con un diccionario en mano para ampliar así su repertorio de palabras. En "Una serie de catastróficas desdichas", se aborda la cuestión desde una constante definición de palabras, ideas y expresiones de forma irónica, que ya es reconocida como marca de de la casa, y evidente impronta del estilo Snicket.

Aparte de los libros en formato de texto, podemos complarlos leidos. Están en inglés, eso si; pero no son difíciles de entender y procuran una nueva forma de experimentar estas historias. El album de esta ilustración fue compuesto por los Gothic Archies, un grupo al que el mismo Handler ayudó a componer la música de sus desdichas.


Hay juegos de palabras que lamentablemente en muchos casos se pierden en la traducción de una lengua a otra. De todos modos, quedan marcas de ese juego dentro de los textos: el Lago Lacrimógeno, el Huracán Herman, el tío Montgomery Montgomery, etc... Otras en cambio, se pierden: el Muelle Damocles es en realidad el Damocles Dock, y en la ilustración que abre El ventanal (The Wide Window) puede verse una espada, de Damocles, pendiendo sobre las cabezas de los inadvertidos huérfanos.

Este audiolibro contiene el episodio final de la saga, esta leido por Tim Curry que caracteriza a TODOS los personajes de forma magistral. Una delicia de escuchar... y encima me viene bien para repasar el inglés.

Pero el valor de estas definiciones varía, funcionando, por ejemplo, como índice del tipo de relación entre adultos y niños. Con el Tío Monty, tutor de los Baudelaire en La habitación de los reptiles, el sentido se negocia en la conversación, como marca de una relación adulto/niño más próxima; en el caso de Poe, el uso de la definición suele ilustrar la sordera del adulto hacia los niños; en Olaf, la definición se utiliza para menospreciar a los niños o burlarse de ellos, en el director Nerón, solo los remedará molestamente en vez de contestarles, etcétera. Los huérfanos hacen uso de las definiciones para apropiarse del conocimiento que pueda salvarlos del malvado Conde. En boca del narrador, las definiciones son a veces mecanismos de dilación de la acción, otras veces el centro de chistes, y siempre contribuyen a la construcción de un particular ritmo de la prosa que, como decíamos más arriba, es ya característico de Lemony Snicket.

Comienzo de libro tercero: The Wide Window. Donde una nueva e inquietante averiguación nos sorprenderá de nuevo...

El problema del vocabulario aparece también representado en el habla de Sunny, la bebé Baudelaire: sus sonidos incomprensibles son "traducidos" a cada paso por el narrador o por sus hermanos, los únicos que entienden sus balbuceos. Cuando en el tercer tomo de la serie los huérfanos, estos conocen a la Tía Josephine, fanática de la gramática, la cuestión de la lengua de Sunny aparece en primer plano:

"—¡Delmo! —señaló Sunny, lo que probablemente significaba algo así como: «Si quieres, puedo morder el teléfono para demostrarte que es absolutamente inofensivo».
—¿Delmo? —preguntó Tía Josephine mientras se agachaba para recoger unas hilachas de la desgastada alfombra con motivos florales—. ¿Qué quieres decir con «delmo»? Me considero una experta en lengua inglesa y no tengo ni idea de lo que significa la palabra «delmo». ¿Está hablando en
otro idioma?
—Me temo que Sunny todavía no habla con fluidez —dijo Klaus, recogiendo a su hermanita del suelo—. Básicamente está hablando en infantil.
—¡Grun! —gritó Sunny, lo que significaba algo así como: «¡Me niego a que lo llames habla infantil!».
—Bueno, tendré que enseñarle correcto inglés —dijo Tía Josephine con frialdad—. De hecho, estoy segura de que todos necesitáis pulir un poco vuestra gramática. La gramática es lo mejor de la vida, ¿no os parece?"

Los Baudelaire surcando el peligroso Lago Lacrimógeno.

Nótese como el conjunto de sonidos que ocultan reflexiones complejas de una bebé de mente virgen muy peculiar que dice las cosas sin rodeos, algo que raramente los adultos, excepción hecha de Lemony Snicket, decodifican adecuadamente, pues estos ante todo perciben el error a corregir. Mediante estos constantes juegos, el uso del lenguaje aparece puesto en primer plano. Lo mismo sucede con las estrategias de narración, como cuando los Baudelaire envían un telegrama al Señor Poe, y Snicket se disculpa constantemente por el STOP que no para de emplear. Es costumbre de Lemony pedir perdón cuando se repite: "Os prometo que esta será la última vez que utilice la frase «En aquel mismo instante en otro lugar...», pero es que no se me ocurre otra forma de regresar al momento en que Klaus (…) " El autor anuncia la apelación a determinados recursos, como en el caso de la "ironía dramática", uno de mis favoritos que os dejaré escrito:

"Hay una clase de situaciones que ocurre demasiado a menudo, y que en este punto de la historia de los huérfanos Baudelaire está teniendo lugar, llamada «ironía dramática». En cuatro palabras, tenemos ironía dramática cuando una persona hace una observación inofensiva y otra persona que la oye sabe algo que hace que dicha observación tenga un significado diferente, y, por lo general, desagradable. Por ejemplo, si estuvieses en un restaurante y dijeses en voz alta: «Estoy impaciente por comer el filete marsala que he pedido», y hubiese personas que supiesen que el filete marsala estaba envenenado y que morirías en cuanto probases el primer bocado, tu situación sería de ironía dramática. La ironía dramática es un acontecimiento cruel, inquietante, y siento que aparezca en mi historia, pero Violet, Klaus y Sunny tienen unas vidas tan desgraciadas que sólo era cuestión de tiempo que la ironía dramática mostrase su horrible rostro." (La habitación de los reptiles)

No deja de ser gracioso que Poe y los Baudelaire no se entiendan, teniendo en cuenta que Charles Baudelaire tradujo al francés la obra de Edgar Allan Poe. De hecho, los malentendidos son una constante en la historia... En este libro, la Gruta Grimosa, un nuevo misterio acecha en las profundidades.

El final del capítulo dos de La habitación de los reptiles es un ejemplo manifiesto del estilo folletín. Monty está mostrando a los huérfanos los especímenes de su colección, y entonces les presenta a la Víbora Increíblemente Mortal. Segundos después, la serpiente escapa de la jaula, se abalanza sobre Sunny, la muerde, y el capítulo dos termina. El siguiente, comienza así:

Este libro ha sido el último que leí, y mi favorito hasta ahora... Pues cuando ya creía que no podía sorprenderme la estructura cíclica de la serie, una nueva vuelta de tuerca tiene lugar en el hospital hostil.

"Siento mucho, muchísimo, haberos dejado así colgados, pero cuando estaba escribiendo la historia de los huérfanos Baudelaire, eché un vistazo al reloj y me di cuenta de que estaba llegando tarde a una cena de etiqueta que daba una amiga mía que se llama madame diLustro. Madame diLustro es una buena amiga, una excelente detective y una buena cocinera, pero se enfada muchísimo si llegas siquiera cinco minutos más tarde de la hora a la que ella te ha invitado, así que ya entendéis por qué me he tenido que ir a toda prisa. Seguro que al final del capítulo anterior habréis pensado que Sunny estaba muerta y que eso era aquello tan terrible que les ocurrió a los Baudelaire en casa de Tío Monty, pero os prometo que Sunny sobrevive a ese episodio. Desgraciadamente es Tío Monty quien pronto estará muerto, pero todavía no."

Los eventos transcurren vertiginosamente, trastocando la expectativa construida en el capítulo anterior, a la vez que nos devuelve a la espera de lo peor, y mientras pone en primer plano la construcción del relato. El hecho mismo de exhibir esa construcción interpelando directamente a quien lee, pone las cartas sobre la mesa e invitan al lector al juego. La sorpresa asalta constantemente al que lee, y para sostenerlo es necesario dar la vuelta incluso a las propias estrategias, que ya han enseñado al lector qué esperar, pero no os digo más para no reventaros la historia. Queda claro que, si en algo confían Handler y Helquist, es en las habilidades de los lectores. A los que pone en el pellejo de los huérfanos, cada vez que surge un enigma a descifrar o deliberadamente, ocultándonos información para estar al nivel de los protagonistas.

Aun desconozco que ocurrirá en el penúltimo peligro, el doceavo libro de la saga... Pero espero descubrirlo pronto.

Sin duda, el uso del secreto es uno de los elementos mejor usados de la serie. Llegó a tanto la especulación alrededor del secretismo de Snicket, que la campaña de Harper Collins previa al lanzamiento del duodécimo libro incluyó la publicación de un sitio con una serie de acertijos a resolver que iban habilitándose a medida que transcurrían las semanas hasta la fecha prevista para el lanzamiento, a fin de reunir pistas que les permitieran conocer antes que nadie el título de la novela, revelado finalmente poco antes de la hora en que los libros llegaron a los puntos de venta. Al parecer el grado de participación fue tan alto, ya que 116.000 personas sin contar visitantes casuales, se registraron para seguir el juego. La editorial decidió dejarlo online y encarar a partir de esta experiencia acciones dirigidas a un tipo de lectores que "diseccionan todo lo que les mandamos"

De hecho, el lanzamiento del esperado libro 13 fue también precedido por la aparición de un juego en el que se invitaba a los lectores a descubrir las claves de lo que se revelará en el último episodio. ‘13 Impactantes Secretos que desearás nunca haber conocido acerca de Lemony Snicket’ se presenta así: "Hay ciertas personas que piensan que conocen de qué tratan los libros de Lemony Snicket. Tienen la impresión de que entienden quién es él. Creen que saben qué esperar. De hecho, la verdad es mucho peor de lo que esa gente pueda imaginar.", El cuaderno plantea una actividad que llevará a descubrir el decimotercer secreto: "Este importante cuadernillo contiene 12 impactantes secretos acerca de Lemony Snicket. Secretos que disimulan el llavero que sostiene la llave que abre la puerta que esconde el misterio. Y, para aquellos que completen satisfactoriamente las palabras perdidas en las páginas siguientes, las letras circuladas formarán el decimotercero y más impactante de todos los secretos." El cuadernillo puede descargarse en un archivo pdf del sitio web de Snicket. " Este invaluable cuadernillo intenta prepararte para El Fin, que salió a la venta el viernes 13 de octubre de 2006."


Tercer volumen que cierra la edición de Planeta y la película. Dentro conoceremos a Tio Monty
Las ilustraciones de Helquist también están plagadas de pistas, elementos a rastrear o decodificar en relación con la trama. Estas interactúan con la narración gracias a que están ubicadas en lugares estratégicos dentro del libro. Cada capítulo se abre con una imagen integrada al bloque de texto que anticipa lo que sucederá en él.


En El ventanal, por ejemplo, el capítulo donde se revela la treta de Tía Josephine al fingir su muerte mediante una falsa carta suicida, lleva como ilustración inicial la mano de la mujer sosteniendo la pluma que escribe el título en una tipografía distinta a la del resto de los títulos.

Los dibujos finales de cada libro son siempre de gran tamaño, y avanzan una escena completa sobre lo que vendrá. En Un mal principio, aparece sobre un ángulo de la ilustración una serpiente suelta que nada tiene que hacer en ese contexto, sino anunciar los reptiles de Tío Monty en La habitación de los reptiles. La ilustración final muestra que uno de los empleados que cargan las serpientes de Monty en el camión de mudanzas lleva una remera con la inscripción "Lachrymos Leeches", haciendo alusión a las sanguijuelas del Lago Lacrimógeno que tendrán un papel fundamental en la trama de El ventanal.




En esta presentación del último libro, vemos a Handler, sustituyendo a Snicket y cantando el tema dedicado a su saga por los Gothic Archies.
Sin embargo, hay quienes sostienen que las referencias culturales que aparecen en la serie quedan fuera del alcance de los chicos, y que por lo tanto colocan estos libros en la categoría de un público adulto. En una entrevista, consultado sobre la cuestión, Handler dijo: "La cosa con las referencias literarias y otras bromas es que algunos jóvenes las pescan y otros, no; y algunos adultos las pescan y otros, no. Por eso me resisto a hacer generalizaciones acerca de qué es para chicos y qué no lo es." Ni niños tontos ni niños genios: niños liberados de las constricciones del discurso que los considera o bien tontos o bien genios, niños como personas con las cuales establecer un diálogo, jugar un juego ¿Qué opináis? A mi me parece una invitación a buscar incluso más información detrás de cada nombre y apelativo, fomentando la curiosidad por aprender tan escasa en nuestros días.

Las alusiones a Poe y Baudelaire, pero también muchas otras a Dante, Eugène Sue, asuntos políticos varios, la Primera Guerra Mundial, y un larguísimo etcétera. Hay también referencias al mundo de los chicos, como la película Zombies en la nieve, que ven con Tío Monty en el cine y que se burla del terror edulcorado dirigido al público infantil; o también la alusión a los locales de comidas rápidas que aparece en El ventanal, etc. En la ilustración de comienzo del capítulo 11 de Un mal principio, donde figura la colección de ojos de Olaf, hay referencias a Dalí, al cubismo, a Magritte, a los dibujos animados, etc., en un recurso que recuerda también a la colección de obras de arte sobre lobos que aparece en el libro Detective John Chatterton, de Yvan Pommaux.

Los protagonistas de reclaman ese trato, aún cuando no siempre lo reciban, y de ese modo estos libros postulan una curiosa relación entre adultos y chicos. "Una de las cosas que a Violet, Klaus y Sunny más les gustaba de sus padres era que no hacían salir a los niños cuando tenían invitados, sino que les permitían unirse a los adultos y participar en las conversaciones, siempre que ayudasen luego a recoger la mesa."

Los hermanos Baudelaire en el maletero del Conde Olaf.

Violet, Klaus y Sunny ofrecen modelos de conducta diferentes de lo que puede esperarse de los propios de una joven, un chico y un bebé. A Violet le fascinan los mecanismos, la habilidad e ingenio para inventar cosas, y tiene poco interés por la cocina, los vestidos y otros temas que supuestamente deberían atraer la atención de una jovencita. Violet sólo se ocupa de atarse el cabello para que no le moleste mientras piensa. A Klaus le interesan los libros; lee todo lo que cae en sus manos, atesora y recuerda toda la información absorbida. Klaus acude a los libros cada vez que se ve en problemas, aunque no siempre le ayuden y en el terreno de la acción suele ser menos habil. A Sunny lo que más le gusta es morder, tiene una dentadura de una fiera, y detesta las comidas blandas que se supone prefieren los bebés. Por eso los estereotipados regalos de la Tía Josephine (una muñeca para Violet, un tren eléctrico para Klaus y un sonajero para Sunny) que responden a los modelos en los que los huérfanos no encajan, resultan inadecuados y deben ser reasignados: Sunny morderá la cabeza de la muñeca, Violet desarmará el tren, y Klaus deberá buscarle algún uso al sonajero vacante. Estos desplazamientos son parte importante de los libros de Snicket y pueden leerse en relación con una serie de chistes vinculados a las normas de comportamiento que se supone deben inculcarse a los niños.

El misterio de V.D.F. adquiere en este libro, una nueva perspectiva...

"Normalmente no es de buena educación entrar en la habitación de alguien sin llamar, pero puede hacerse una excepción si la persona está muerta o simula estar muerta, (...)"

"Robar, claro está, es un delito, y de muy mala educación. Pero, como la mayoría de cosas de mala educación, es excusable bajo ciertas circunstancias. Robar no es excusable si, por ejemplo, estás en un museo, decides que cierto cuadro quedaría mejor en tu casa y sencillamente coges el cuadro y te lo llevas. Pero, si estuviereis muy, muy hambrientos y no tuvieseis forma alguna de conseguir dinero, podría ser excusable coger el cuadro, llevároslo a vuestra casa y coméroslo."

Al comienzo de la historia, Violet Baudelaire tenía 14 años; es la mayor, y muestra una capacidad increíble para idear mecanismos que le permiten facilitarle la vida a la gente, o incluso salvar su propia vida y la de sus hermanos. Cuando Violet ata su pelo con una cinta, es porque está pensando intensamente. En el ascensor artificioso, ideara un ingenioso metodo para llegar al fondo de cierto asunto pendiente...

Nótese que son precisamente las normas sociales, las leyes, las que complican la vida de los Baudelaire, sometidos al mal juicio de Poe y el resto de los adultos, quienes en ausencia de sus padres, debe determinar con quién pueden o no vivir, a partir de extrañas relaciones de parentesco (Olaf, por ejemplo, resulta un pariente cercano por ser el único que vive en la ciudad en un lugar próximo a su casa, aunque no quede claro el vínculo sanguíneo con los Baudelaire). La trampa que Olaf les tiende a los huérfanos en Un mal principio, sin ir más lejos, es el resultado de cruzar las leyes sobre el casamiento, las leyes de herencia y las leyes sobre paternidad, todo esto en presencia de una jueza obnubilada por la oportunidad de subirse a un escenario. Snicket da cuenta del particular modo en que funcionan las leyes:


Todas las 13 Catastróficas desdichas juntas. A ver si pronto, las completo también...

"A menos que seas abogado, probablemente te parezca raro que el plan del Conde Olaf fracase porque Violet firmara con la mano izquierda en lugar de con la derecha. Pero las leyes son un poco raras. Por ejemplo, un país de Asia tiene una ley que obliga a que todas las bicicletas tengan las ruedas del mismo tamaño. Una isla tiene una ley que prohíbe que nadie recoja la fruta. Y una ciudad no demasiado alejada tiene una ley que me prohíbe acercarme a menos de ocho kilómetros de sus límites."


Debido a todos los rasgos comentados, "Una serie de catastróficas desdichas" ha suscitado pasiones encontradas. Por un lado, hay colegios que más o menos abiertamente han "desalentado" su lectura. Por otro, cada uno de los libros alcanzó el rango de best-seller, se multiplican los eventos públicos en los que Handler debe suplantar a Snicket, y los lectores (jovenes y adultos) acechan a la espera de cada nuevo volumen de la serie y Snicket se desquita sobre la educación en el episodio: Una Academia Austera.

La figura de Lemony Snicket como narrador-autor es uno de los mayores hallazgos de la serie. Es él, en tanto narrador, quien encarna todas las variables del juego que hemos visto mientras interpela directamente a sus lectores mediante el humor y no la condescendencia propia de los adultos a los niños. Es él, en tanto autor representado por Handler, quien extiende hacia fuera del libro la invitación al juego, trazando un puente que alcance el plano de los lectores mediante las cartas dirigidas a ellos o a su editor que aparecen en los bordes paratextuales de los libros, mediante el pedido de auxilio, a través del sitio web TheNamelessNovel, a los lectores para que colaboren con la búsqueda de Snicket perdido en la clandestinidad, mediante la existencia de una autobiografía no autorizada de Lemony que debe ocultarse bajo su sobrecubierta para no resultar peligrosa a quien la lea, y hasta mediante la posibilidad de contactar a Snicket vía email. Como podréis imaginar, también estoy deseando leerla cuando termine la saga.

Como he dicho, estoy a la espera del libro 9 al 13, junto con la Biografía no oficial del Sr Snicket y The Beatrice Letters (Las cartas de Beatrice), anunciadas como sumamente reveladoras respecto de la trama que envuelve a los huérfanos Baudelaire, a Lemony Snicket, y al malvado Conde Olaf.

Es curioso como en toda historia de huérfanos, desde Hansel y Gretel a Harry Potter, pasando por Oliver Twist y otros cándidos y clásicos lacrimógenos, se pone el dedo en la llaga en cuanto a la relación entre adultos y niños. En el caso de "Una serie de catastróficas desdichas", la figura de Snicket parece una suerte de embajador entre dos tierras que tan frecuentemente se conciben como tremendamente distanciadas, y aunque los libros de Snicket ofrecen, según mi humilde opinión, generosas dosis de originalidad extra, sólo por eso valdría la pena sortear cualquier obstáculo y acceder a su lectura.

Es trágicamente divertido observar que cada vez que Klaus desentraña los planes de Olaf, lo encara, le dice que sus planes fracasarán y siempre cae en explicarle a Olaf por qué; ante lo cual el villano no tiene más que corregir el error en sus planes y seguir adelante.



LA PELICULA


Imagen de los Baudelaire en imagen real justo al llegar a las ruinas de su propia casa.

En cuanto a la adaptación cinematográfica, quizá algunos desdichados que la hayáis visionado penséis que el tópico del niño encantador enfrentándose a seres y acontecimientos horribles para crecer y hacerse con el mundo, no es nuevo. Y cierto es, pero aunque todo el conjunto sigue en cierta medida el esquema del cuento clásico, incluidos los sutiles toques macabros de los Hermanos Grimm, el planteamiento es original. Mención aparte para el conde Olaf, que según mi humilde opinión, representa el primer papel bueno del insoportable Jim Carrey en toda su carrera. Personalmente todas esas improvisadas soluciones a las constantes contradicciones, el continuo malestar exasperante, además de cientos de cosas más que no os voy a reventar, convierten el final de la película en una encantadora orquesta en la que se entremezclan todos los elementos dramáticos al unísono.

Los tres hermanos recien llegados al puerto Damocles, a punto de conocer a Tia Josefine.

Realidad dentro de ficción, dentro de más ficción con un tono oscuro, mordaz y subversivo. Un tumultuoso caos de tramas en la que la intriga se ve interrumpida en los momentos mas desagradables por nuestro afectado autor "Lemony Snicket", interpretado ficticiamente por Jude Law, que reiteradamente nos anima a cerrar el libro y buscar una lectura mas agradable. Obviaría sin embargo, el final impostado, aunque uno alternativo más fiel a los libros, en que el Conde Olaf escapa impune como siempre, esta incluido en las escenas eliminadas, aunque sobre esto volveremos mas adelante.



Olaf en la pelicula solo puede ser adorado o repudiado, no deja indiferente a nadie.

Volviendo al germen de todo, cabe decir que después de que se iniciara la publicación de los libros y se convirtieran en best-sellers, empezó a rumiarse la posibilidad de llevar al cine la historia de los Baudelaire. Por lo visto, se supuso que Daniel Handler sería el guionista, y de hecho llegó a escribir ocho borradores de la adaptación antes de rendirse, más o menos voluntariamente. También hubo varios cambios de directores hasta que Brad Silberling asumió la dirección y el guión quedó finalmente a cargo de Robert Gordon.

Jim Carrie personifica al despreciable Conde Olaf. Parece ser, que se entristeció por el poco éxito de la saga y se ha ofrecido para continuarla en la nueva versión que anuncia alegremente el director, realizada completamente en animación.

La adaptación de Un mal principio, La habitación de los reptiles y El ventanal llegó así a los cines en diciembre de 2004, bajo el título Lemony Snicket: Una Serie de Eventos Desafortunados, salió en DVD e incluso en el extinto VHS. La producción contó con un presupuesto enorme que solventó la construcción del gigantesco tanque que simula el Lago Lacrimógeno, entre otros detalles de la parafernalia visual que debe agradecerse a la participación de Rick Heinrichs, quien suele trabajar en arte en las películas de Tim Burton, y Emmanuel Lubezki a cargo de la fascinante fotografía. El gran presupuesto permitió también la inclusión en el elenco de megaestrellas como Jim Carrey y Meryl Streep, aunque alguno quizá no considere a Jim Carrey miembro de esa categoría.

Cartel oficial de la pelicula.

Reconozco que no soy objetivo del todo, porque me encantó la película. Pero hay que admitir que tiene algunos puntos negativos, al igual que varios logros muy conseguidos que me gustaría comentar. La secuencia inicial, por ejemplo, donde puede verse una sucesión de animalitos felices danzando y cantando en el bosque, coreando al duendecillo feliz que constantemente se menciona insistentemente en todos los libros. De súbito, la música se interrumpe y llega la advertencia de Snicket: ‘Si querían ver una película como la del pequeño elfo chiquirritín, es mejor que salgan ahora, quizás la estén dando en la sala de al lado.’ Es genial como el director ha sabido plasmar en el film el sentido que las cartas al lector en las contratapas aportaban a los libros. Snicket ingresa al film como voz en off, aunque en la edición especial americana fue sustituido por el mismísimo Handler; y su silueta entre las sombras que refugiada tras el reloj de una torre, teclea en una máquina de escribir la historia que el espectador descubrirá gradualmente. El mecanismo es interesante y sugiere la trasposición casi automática de la letra a la imagen. Aunque veremos que, para bien o para mal, hay más cambios sustanciales de los libros a la película.

La playa donde los Baudelaire reciben la desdichada noticia que dará comienzo a todo.

Que Jim Carrey interprete al Conde Olaf no ha sido del gusto de todos. Reconozco que en los libros el Conde resulta más inquietante, pues el señor Jim deriva en una sobrecarga de gesticulaciones y muecas más risibles que temibles, y vuelve a la figura del villano una caricatura aguada de lo que el personaje es en los libros. Sin embargo, el enfoque de Carrey tuvo en mi el efecto Snicket, me dejó entre perplejo y con una sonrisa amarga. Otra pega que podría comentarse, es que la actriz que interpreta a Violet sea tan guapa y esté siempre bien arreglada. Esto supone un cambio importante en la construcción de un personaje que no se preocupa por su aspecto.

Si habeis comparado las ilustraciones con las fotos, podreis notar las diferencias entre los hermanos Baudelaire fílmicos y literarios.

Y no se trata de detalles sin relevancia. El hecho de que en la película los huérfanos intercambien sus roles, provoca incluso algunas incoherencias. Ya no es Violet quien arriesga la vida trepando a la torre de la que cuelga Sunny, sino Klaus. No es Klaus quien resuelve el problema de cocinar para Olaf mediante la consulta de un libro de cocina, sino Violet, que ahora cuenta con saberes culinarios que en Un mal principio expresamente se declara que no tenía. En síntesis, la versión cinematográfica de Violet sí se acomoda al molde de jovencita que en los libros se rechazaba, y la versión fílmica de su hermano parece mucho más inclinada a la acción aún cuando se proclame en voz alta su apego a los libros. De hecho, Klaus ya no lleva gafas, quizá para no asemejarse tanto a su rival de ventas Poteriano, y además asume un rol muy activo como detective de una suerte de policial, donde el objetivo pasa a ser averiguar quién mató a los padres de los Baudelaire, dejando al fin más inmediato, el que los huérfanos permanezcan vivos a pesar de los embates de Olaf, pase casi a segundo plano. Aunque es justo reconocer que la cuestión es retomada en la animación que acompaña los créditos de la película .

Olaf oscila entre lo indescriptible y lo imnombrable. Mira que no soporto a Jim Carrey, pero disfruté su interpretación espasmódica, sobretodo tras ver el 'making of'. El hombre puede gustar o no, pero se curro el papel tela marinera.

A tal punto llega la metamorfosis, que es posible hablar de una moraleja del film, parafraseable como la familia es lo primero. Así, Violet y Klaus, transformados en padres sucedáneos de Sunny, adoptan los roles tradicionales de varón y mujer, y el tío Monty ya no es capaz, como en el libro, de decir: "Siempre quise encontrar una mujer y formar una familia, pero luego acababa por olvidarlo" sino que con voz melosa relata cómo quedó solo tras la sorpresiva muerte de su familia en un misterioso incendio. Violet y Klaus llegan a construir un "santuario" en la habitación que les asigna el conde, y sobre él se proyecta la sombra de los padres, a lo que se suma un final donde los Baudelaire vuelven a las ruinas quemadas de la casa paterna para recibir una carta durante mucho tiempo perdida, con lo cual el film hasta revive a los padres, que hablan en diferido para otorgar sentido a la película como una fábula moral sobre la familia.

Lemony Snicket encarnado por Jude Law, nos cuenta la historia lamentandose por su autoimpuesto deber.

Este mensaje final precocinado, logra desactivar varios de los rasgos más interesantes de la apuesta que los libros de Snicket hacían. Los sketches de humor del Conde Olaf sufriendo los mismos tormentos que los muchachos, resultan totalmente ajenos al espíritu de los libros. No creo que eso destruya toda la película, quizá se deba a que el material del que se parte es tan bueno, que difícilmente pueda convertírselo en algo sin valor alguno o a decisiones de la productora para no asustar a los padres más incendiarios que pudieran boicotearles el negocio. Es desafortunado comprobar como otra vez, igual que en tantos otros grandes proyectos adaptados a la pantalla grande, el cine no haya sido capaz de hacerse cargo del desafío que los libros de Snicket planteaban, y sin embargo la señora Rowling haya conseguido una fidelidad casi total.




Merece mención aparte los conseguidos créditos finales y los menus del DVD, que aunque son bastante mas deudores al estilo de Gorey, muestran la desesperada carrera de los huérfanos del inquietante Conde Olaf.

Y así acabo. Espero que os haya gustado esta entrada, reciclada de mi flog y ampliada generosamente con mis últimas lecturas online. Esta semana me llegarán en inglés los últimos 5 libros de las desdichas y podré saber que ha sido de los Quagmire, de Esme Miseria, Olaf y sus secuaces. Pero sobretodo, espero haberos transmitido el cariño que les tengo a estos libros y lo injusto que me parece que en España, sean unos desconocidos.