Recientemente, he tenido el placer de recibir una nueva invitación de mi amigo Ambrosius, anfitrión y señor del castillo del cabo brumoso. Como siempre, he recopilado y repasado los tópicos de conversación que son más de su gusto, pues aprecio sobremanera su enriquecedora compañía y disfruto esforzándome en ilustrarle sobre los temas que se que le interesan; como algunos libros que leo, noticias, política, historia o cualquier asunto relacionado con el progreso del hombre; intentando además, buscar la posibilidad de competir con los vastos conocimientos que atesora y desafiar su excéntrica visión de la historia.
Imagen de Kull antes de convertirse en rey.
Ayer mismo, fue cuando conversamos hasta muy tarde en la noche, y pude compartir con él mis anhelos y preocupaciones. Cansados ya de hablar de lo divino y humano, de profundos problemas y tejemanejes de actualidad, se me ocurrió comentarle el ultimo libro que ha pasado por mis manos: Los relatos de Kull, rey de la Atlántida, escritos por Robert E. Howard alrededor de 1929. Cuando empecé a enumerar las diversas virtudes de la narrativa del hosco tejano, pude notar como Ambrosius iba apasionándose por momentos. Especialmente, cuando le comenté que supuestamente, dichas historias acontecieron hace unos 100.000 años y que Howard insinuaba que el fantasma de un bárbaro cimmerio, le narraba dichas historias bajo amenazas, para que no cayeran en el olvido.
Edición completa de las historias de Kull en America, algunas terminadas por los fans.
Sonreí, pensando que mi compañero entendería que todo era producto de un juego narrativo que buscaba su entretenimiento, pero Ambrosius me miraba cada vez más serio. Sentados cómodamente y suavemente amodorrados por el fuego de la chimenea, me levanté subitamente para arrojar otro madero a la lumbre, previendo que en breve, me pediría que le contara alguno de los relatos de aquel hombre misterioso, llamado Kull, señor de un reino de sombras.
Aunque sea una blasfemia llamar bizarras a las aventuras del rey Kull, la ilustración hace justicia al espíritu de sus hazañas.
Como imaginé, no tardó Ambrosius en solicitarme relatos y detalles sobre el asunto, por lo que comencé hablando sobre los pictos, los valusianos, las leyendas de la Atlántida… y los espejos de Tuzun Thune; con sus desconcertantes visiones. No omití detalles sobre las frecuentes conspiraciones a las que tuvo que combatir el rey de Valusia o la soledad del poder, que transpira en cada pagina, mezclada con sueños y sombras de otro tiempo.
Kull en los comics Marvel.
Todos los que hayan leído a Howard, sabrían que lejos de contar historias rudas de un bárbaro con taparrabos, su prosa es muy cuidada, con un deje de majestuosidad que roza en ocasiones un hermoso lirismo. Es cierto que aborda temas como el combate, la violencia y la búsqueda del poder, pero con una extraña delicadeza encubierta por términos vigorosos, sus palabras se convierten en un torrente que nos arrastra sin darnos cuenta, hacia el final del relato. Dejando siempre un extraño deje, de fuerza y melancolía.
Los espejos de Tuzun Thune, muestran imagenes fascinantes, quizá producto de la magia o tal vez... realidades mas allá de nuestro entendimiento.
Luego le hablé del fiel y salvaje Brule, del rígido y tacaño consejero Tu, de
Kull enfrenandose a la vieja raza de los hombres serpiente.
No se hasta que punto, impresionaron estas historias a mi camarada, que parecia revivirlas en su mente, o quizaá tal vez… le recordaran algunas otras que le causaban espanto. Solo al notar su nerviosismo, al relatarle los acontecimientos del reino de las sombras y la vieja raza de reptiles que habitan entre nosotros, su turbación creciente hizo interrumpir mi discurso. No me tenía por tan buen narrador, ni a Ambrosius como un oyente impresionable, pero donde fuera que su mente le llevaba empujado por mis cuentos, no me pareció un lugar agradable.
Howard rodeado por sus multiples y brillantes creaciones literarias: Solomon Kane, Conan, Sonia la Roja, Kull, Cormac...
Al notar mi preocupación, Ambrosius volvió en si, se disculpó y me sirvió una manzanilla con mucho hielo, como sabe acostumbro a tomar tras
Cubierta muy chula de una de las ediciones de Kull en los USA del año la pera.
Desconcertado por el rumbo que tomaba la conversación, asentí educadamente y tomé otro sorbo de manzanilla sin dejar de mirarle, mientras volvía a desviar su mirada hacia la lumbre y acariciaba una hermosa perla que siempre lleva colgada al cuello.
Aquí os pongo una de las dos estatuillas que le regalé a mi querido Ambrosius por su reciente hospitalidad.
Antes de retirarme a mi estancia en el castillo, Ambrosius me pidió que le consiguiera un ejemplar de aquellas extrañas historias que le había mencionado, a lo que asentí de buena gana aliviado por que realmente fueran de su gusto, y tras obsequiarme con presentes tan magníficos que no puedo mencionar por ahora, le entregué una copia de los 9 relatos del reino de las sombras, y un par de estatuillas de Kull; rey y guerrero, soñador y taciturno, violento y salvaje, solitario y noble. Un esclavo que persiguiendo el sueño de ser rey, descubrirá que el poder no es, sino otra cárcel con barrotes de oro; y el mundo, un lugar efímero lleno de humo y espejos.
7 comentarios:
Mira por donde has conseguido reclutar a otro adepto a la causa howardiana. Esperamos escuchar más sobre el señor Ambrosio en un futuro no muy lejano ;)
Y las perlas que no falten.
En cuanto al Kull de Howard... para que decir más.
O-B-R-A
M-A-E-S-T-R-A
Saludos!!
Rey y guerrero, soñador y taciturno, violento y salvaje, solitario y noble....Kull, señor de un reino de sombras.... Impresionante, me ha encantado, y la imagen de "Los espejos de Tuzun Thune" muy buena....me quedo con ganas de saber más de Kull, este personaje me ha fascinado.
La sala de reliquias del castillo brumoso debe ser espectacular, me quedo también con ganas de ver más reliquias....
Saludos! ;)
Viñetas o Vinietas/z, que no es lo mismo pero es igual
Recién hace un año y medio o dos pude agenciarme de un buen puñado de números de la marvelienta colección setentera del rey Kull (los cuales contaban con impecables portadas, se podría decir que expresionistas, del hidalgo Enrique Jiménez Corominas); la prosa de Roy Thomas al adaptar a Howard es excelente y los dibujos de los hermanitos Severin, a medio camino entre el halfosterismo victoriano y el desenfreno espadaybrujerianil de un, por ejemplo, Frazetta (bueno, al menos así lo percibí, XD), igualmente estupendos. Hay momentos muy emotivos en esos números, como cuando un guerrero al servicio del monarca bárbaro es herido de muerte por los hombres serpientes, viéndose obligado a pedirle al atlante que sea él quien le otorgue el golpe de gracia con su espada, toda vez que teme recibir una vida ignominiosa, al servicio de los demonios ofidios, al cruzar la frontera de la muerte.
Kull, desde luego, cumple el pedido de su soldado.
O cuando después de vencer a Thoth Amon _ si mal no recuerdo _ Kull entra en profundas reflexiones sobre la soledad y el poder, más egregias si cabe, considerando la talla heroica, prístina del bárbaro, y en donde se menciona oportunamente a su adlátere Brule, el picto, quien con sus considerados silencios ofrece mayor compresión o compenetración con los sentimientos de su señor, a diferencia de los rastreros cortesanos, cuyas zalamerías e insoportables ruegos parecían opacar las evocaciones del guerrero durante aquellos días posteriores a tan dramático enfrentamiento.
Ese es todo mi conocimiento _ hasta nuevo aviso _ sobre el rey Kull de Valusia; joven, me he informado, es cierto, sobre su bibliografía y demás, pero esto carece de valor al verme alejado de los textos originales. Vi también el film de 1997, horrendo como escupir sobre un vitral medieval. A ver pues si la tan anunciada nueva peli de Conan (o cualquier otro personaje howardiano) no demora su estreno, pues el reciente Solomon Kane fílmico me supo a muy poco, a pesar de su interesante factura técnica.
Ahora, sobre el interesante caso de memoria racial de su amigo Ambrosius. El mozo denota poseer recuerdos primigenios, afines a los mundos olvidados y teosofísticamente prehistóricos tan cultivados por Don Roberto en sus relatos.
Me ha hecho recordar algo, quizá algo distinto a lo manifestado por su compañero pero igual en reminiscencias, extrañas, a un pasado milenario y épico. Por donde yo vivo se suele narrar la historia del guerrero moche que un día apareció en la playa de Huanchacho. Sucedió en 1955, durante las festividades patronales que se llevaban a cabo en el balneario; la policía encontró a "un extraño vagabundo" de aproximadamente 25 años, que hablaba en una lengua desconocida y vestía indumentaria "estrafalaria". Al instante un inspector aficionado a la historia determinó que esas ropas y dialecto correspondían a la cultura mochica, reino que rigió la costa del Perú mucho antes del esplendor de los incas. Se trajo a un profesor de historia y confirmó las suposiciones del agente de la ley. Primero se pensó que era un simple excéntrico, quizá un aficionado a la bebida, alguien que había participado de los bailes y mascaradas de las fiestas recientes, intentando gastar una broma. Pero la desesperación del desconocido no hacía sino ir en aumento. Se buscó antecedentes, familiares, amigos, pero no se encontró nada ni nadie que pudiera estar relacionado con este hombre. Al poco tiempo, abandonó la carceleta y fue internado en un manicomio.
Dos personas se interesaron en este hombre. Rómulo Vásquez Horcasitas, el mencionado profesor de historia que determinó el origen de las prendas y dialecto del "vagabundo", y el psiquiatra francés Louis Dussollier, radicado en Perú desde 1931. Se dice que ambos expertos llegaron a dudar de la falsedad o "locura" atribuidas al interno, toda vez que las ropas y ornamentas con que se le halló fueron calificadas como genuinas (y derivadas a museos y/o colecciones particulares), además de que la historia que narraba denotaba una erudición respecto a la cultura mochica difícil incluso de imaginar en los más renombrados historiadores de entonces.
Paulatinamente, “el guerrero mochica de Huanchaco” fue sumiéndose en una profunda depresión y murió.
Se dice que su cuerpo fue enterrado en una fosa común, cerca al lugar donde se le encontró.
Por cierto, así era un guerrero muchik (o mochica o moche):
http://i36.tinypic.com/zyixba.jpg
Es una aproximación muy pobre a decir verdá...
Me fui por las ramas, jajaja…
Espléndidas pics a colocao usted, la de Howard rodeado de sus hijos es particularmente aputamadrada. Y por cierto, bizarro o bizarra hace alusión (en verdá) a algo valiente, bravo, osado, gallardo…
PD.- Le he posteado, caballerosa y zodiacalmente, XD, en su flog, por ciertus…
PD2.- No se puede hacer click en el link mochica que le dejé, mierdición y carajoder...
Viñetas o Vinietas/z, que no es lo mismo pero es igual
Por las hierbas arcoirisinas de Grant Morrison y la caspa púbica de Alan Moore, ¿me creerá si le digo que yo de mí también consideraba (considero, mejor dicho), a Jabú (o como se escriba) un personaje sumamente interesante por sus connotaciones unicornísticas y tristemente desaprovechao en el papel de buscapelitos-lacayo extremo de la joven de los cabellos púrpura? XD.
Estas "coindicencias" me suelen inquietar, XD; la última vez que me pasó algo así casi pierdo el dedo pulgar del pie derecho (no, no, no es joda y no arquee las cejas y/o frunza el ceño, es una historia real pero algo engorrosa y larga de explicar).
Hasta me animé a crear (¡crear! ¡¿yo?! dispénseme desde el Topus Uranus, Don Aristocles Krodos),otra aproximación pictórica entre Saori y uno de sus caballeros. Se, seee, acertó, esta vez con Jabú (o como se escriba). En esa oportunidad, el nexo artístico hubiera sido La Dama del Unicornio, de Rafael. Recuerdo haberme extraviado en monólogos saorikidonistas sobre la verdadera naturaleza del protector y el protegido. ¿Quién cuida a quién? ¿ambos?
Desde luego que tengo archivaos por ahí los storyboards y/o guiones de las pelis que hubiese deseao ver, y que, o bien nunca se filmaron (como Los Caballeros del Sobaco, digo, del Zodíaco _ disculpe, eso un chiste penoso, lo sep, pero también irresistible _ ) o fueron plasmadas de manera ultramerdellona (caso de la segunda trilogía starwarsiana y GI Joe: en la primera me marqué una reaccionaria fusión entre Los Siete Samurais, Espartaco, Conan El Bárbaro, Cobra Verde y la obra de Arno Breker, todo ese mejunje aderezao, obviamente con el galactismo prístino del Jorge Lucas; pa los Joes, construí una mezcla de apología y censura a la política militar de USA, condimentá con cositas johnmiliusistas: mi última escena,situada en la selva peruana, XD, mostraba el enfrentamiento entre Duke y Serpentor en la fortaleza-templo de la secta/organización terrorista Cobra y taba calcadita de los finales de Apocalipsis Ahora y Conan El Bárbaro; sin mencionar que hubiera dedicado ese film a David W. Griffith, John Milius y René Guénon, XDDDDDDDD); Gran Culo Estepario, ¿en qué estaba? ¡ah, si!...¡ah, no!! ¡ya me extravié otra vez! déjeme revisar por donde estaba...mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm...ya está...
Y bueno, gracias por vuestros piropos, XDDDDDDDD; yo también espero viajar a Málaga City y participar de los rituales pulp-literarios de The Bastards of Málaga, a ver si con esfuerzo consigo una insignia de segunda mano o un diploma fotocopiado que me acredite como Bastardo honorario...u oficial, quién sabe; además, me gustaría colaborar con vuesas mercedes en la consolidación de ChiquitodelaCalzada Producciones, XDDDDDDDDD (libros, comics y films alejaos del almodovarismo,la bigaslunización, la peste aranda y el medemismo).
Bueno, ya empezó la telenovela (un extraño lujo que se permiten en el pabellón de psiquiatría, XD). He de retirarme, permisito y buenas...¿tardes, noches, madrugadas, días?
Viñetas o Vinietas/z, que no es lo mismo pero es igual
PD mientras arreglan la señal del televisor, XDDD.- Con su permiso, me permitiré comentar sobre sus anteriores actualizaciones bloguiles. El capítulo O de las crónicas del mundo, por ejemplo, me interesó particularmente. Personalmente, no creo en el darwinismo y las demás teorías que suscitó, por lo que será interesante añadir cositas al respectus.
Suyo afectísimo,
Jack El Destr...digo, digo...
Siul Ésoj Órassac Etralob
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