Al borde del mar infinito, se yergue escondido en el tiempo, un castillo, construido con ideas ingenuas que ocultan secretos que a pocos interesan.

Tras cortinas vaporosas y viejos muros, se halla siempre abierta su puerta esquiva. Dentro, algunos encontrareis consuelo; otros sin embargo solo una ilusión ajena que os hará perder un valioso tiempo entre sus vacíos corredores.

lunes, 9 de febrero de 2009

LAS CRUZADAS: `La Batalla por el DIOS único, pero... ¿Como se llama? 2/3



Cerrad los ojos e imaginaos en un mundo muy lejano, donde las explicaciones lógicas, la ciencia y la razón no eran lo que movía la mente del hombre. La muerte estaba en cada esquina, cualquier pequeño delito se castigaba con la pena máxima en plazas públicas. Allí, mujeres y niños iban a contemplar las ejecuciones públicas. Tan macabro espectáculo se veía entonces como algo cotidiano y un divertimento familiar. El hambre, la miseria y la desigualdad social hacían que el hombre viviese teniendo como único consuelo otra vida más allá de esta. La mente estaba ocupada por una maraña de mentiras, superstición, miedos y pasiones. Así era la Europa medieval.


En el siglo séptimo, allá en los lejanos desiertos de Arabia, se había acuñado una frase que haría temblar a los países Europeos: `Alá es el único Dios, y Mahoma su profeta` Cuando esta máxima llego a Jerusalén, los Turcos Otomanos hicieron su aparición poco después. Comenzó una época de hazañas proporcionalmente tan grandes a los horrores que produjo. A través de un periodo que aun se recuerda con admiración y vergüenza a partes iguales, surgió el broche de una edad: La epopeya de las Cruzadas.


No fue hasta el siglo XI cuando llegó a los oídos del papa Urbano II que en ciudad Santa los infieles hostigaban a los peregrinos. Entonces llamó a los verdaderos hijos de Dios a que lucharan por su causa. Era una época relativamente prospera, la población se había multiplicado por tres, El Imperio musulmán se expandía por Hispania, provocando que paradójicamente, nuestros antepasados vivieran una época de inesperado esplendor y tolerancia. Pero mientras los Cristianos españoles, acostumbrados a la ocupación, aguantarían una guerra sostenida y fatigosa que se extendería por los siglos en pos de la Reconquista, en Andalucía el prospero califato Omeya comenzaba su romántica historia.


Cuentan las crónicas que en el 1095 empezaron los signos en el cielo, había auroras boreales, lluvias de meteoros, cometas, enormes manchas solares e incluso lunas rojas. Para los cristianos había llegado la hora de contestar al avance musulmán. En el Concilio de Clemont, los fieles fueron llamados y se les otorgaría la indulgencia junto con el perdón eterno si servían a Dios en esta justa causa. Un fervor indescriptible se hizo en todos los pueblos de Europa por recuperar los lugares en los que anduvo Jesucristo: Belén, Nazaret, y sobretodo Jerusalén. ¡Esas ciudades debían ser para la Cristiandad, para uso de los auténticos creyentes! Pensaban realmente los cristianos que nadie sino ellos eran los legítimos dueños de esos lugares. La noticia circuló por toda Europa y MILES se alistaron. Pero no solo caballeros, sino también indigentes que buscaban absolución, riquezas... o algo que llenara sus miserables existencias.

Cuatro columnas se distinguían a lo lejos en el escenario de la contienda. Grandiosos lideres y caudillos como: Roberto de Flandes, Raimundo de Tolosa, Godofredo de Boulogne... Pero también una enorme hueste de pordioseros que ansiaban contribuir a esta obra. Otras subtramas surgieron, como la de Walter el indigente, como prologo al desastre de Pedro el Ermitaño o la protagonizada por el mismísimo Alejo, emperador del moribundo BizancioAlejo miraba a oriente con recelo y ambición, ansiaba poseer los territorios ocupados; pero de momento esa es otra historia...


Todo el asunto de las cruzadas, empezó realmente en Colonia. Más de 30000 hombres, caballeros y desarrapados se enfrentaron a los enemigos de Cristo, pero no me refiero solo a musulmanes y herejes. En esa misma ciudad se produjo el primer holocausto Judío para celebrar la partida. Miles de judíos fueron sacrificados para conseguir el beneplácito divino. Así avanzaron las tropas Cristianas hacia Oriente, sometidos por la rigurosidad del clima, el hambre y sobretodo las implacables armas turcas. De la hueste fantasmal de 30.000 mendigos que se dirigían a tierra santa, 18.000 fueron MASACRADOS, viajaban sin armas, sin comida... solo confiaban en Dios. Fueron borrados del mapa, como motas de polvo en el desierto. Al principio los conflictos solo fueron breves reyertas y pequeñas emboscadas, mientras los Árabes y Turcos esperaban su momento. Poco faltaba para las grandes batallas.


La edad media estaba en todo su esplendor. Cultural y tecnológico. Se midieron las más avanzadas armas cristianas y musulmanas. Ambos bandos tenían algo que aportar. Los cristianos iban fortificados con enormes y pesadas armaduras, como los recuerda la tradición clásica y los musulmanes eran famosos por su pragmatismo. Los soldados eran diferentes también, los cristianos apostaban por el idealismo y la euforia de la juventud, que siempre iba a la cabeza. Los musulmanes, todo lo contrario. Los soldados más respetados eran los adultos experimentados. Aguerridos guerreros curtidos en cientos de batallas enfrentándose a niños...


La primera cruzada fue impresionante. 30.000 infantes y 4.500 caballeros al servicio de la cruz. Los cristianos siempre usaban la misma estrategia, lanzaban a la infantería, que chocaba con la caballería musulmana y después se abrían en caja los infantes, entrando así los caballeros Cristianos. En esa caja, se desarrollaban los combates. Los musulmanes hacían todo lo contrario, primero su esplendida caballería. Eran GRANDES jinetes y MEJORES arqueros. La flecha del musulmán era la pesadilla de los acorazados caballeros. Sus dardos se clavaban con implacable precisión. Los cruzados parecían puerco espines llenos de flechas según cuentan los relatos. Los cristianos eran letales, y a pesar de su inferior numero, el musulmán empezó a temer su voluntad fanática. Las cotas de malla, con minúsculos anillos metálicos forjadas por dedos diminutos de niños que quedaban ciegos en las forjas, surtían su efecto a largo plazo. Aun así, también caían y morían a MILLARES por las devastadoras flechas del enemigo. Pero siempre avanzaban poco a poco hacia tierra santa. Las batallas eran crueles, tampoco eran las condiciones adecuadas para hacer prisioneros. La premisa que movía a la lucha, aportaba un justificante divino a todo. Si es por defender a Dios... Si es un infiel... TODO VALE. El asesinato, la violación... todo eso eran prácticas comunes entre los cruzados. Su causa era justa, y por eso nada era pecado. El fin justifica los medios. La guerra siempre es atroz, pero se sublimó el motivo, y el conflicto se convirtió en exaltación... ¿o no? Lo cierto es que la tierra que condenó a Cristo vio mucha, muchísima sangre usándolo a el mismo como excusa.


El hambre no tardó en hacer estragos. Los cristianos estaban famélicos, incluso insinúa la leyenda que hasta recurrieron al canibalismo. Los Zafur se decía que tomaban las ciudades y se comían a los turcos. Imaginaos esas historias propagándose en las filas musulmanas...

Para acabar con la primera Cruzada. Diré que tras el largo y cruel sitio de Antioquia, Jerusalén finalmente cayó en 1099 tras un sitio de cinco semanas. Cuando Godofredo y su hueste entraron en Jerusalén. Lo que hicieron fue ATROZ. Aniquilaron a todos: mujeres, ancianos, niños... Casi no quedó población civil, y las crónicas así narran este pavoroso capitulo: `...la sangre corría por las calles como si la ciudad misma estuviera viva, los caballos no podían avanzar y resbalaban a causa de la abundante sangre, que en algunos lugares llegaba hasta las rodillas...` Apenas 300 caballeros Cristianos custodiaron la Ciudad Santa, sin apenas supervivientes.


La primera cruzada no fue mal, considero sin embargo que los cristianos tuvieron mucha suerte. Todas las tribus musulmanas se encontraban desorganizadas y divididas. El mundo árabe no estaba preparado para aquello. Pero ahora, tras este revés, nos acechaban en las sombras. Era su territorio y por fin tenían un motivo para unirse, una causa común. La amenaza del cristiano, los frany. Pero ya llegarían nuevas oportunidades para la venganza...


Y nos queda la pregunta... ¿Épica desmedida o episodio de histeria religiosa? Ciertamente fue una curiosa hazaña militar en la que intervinieron muchas más variables de las que he citado... Por primera vez nació el concepto del monoteísmo aceptado de forma global, y paradójicamente, conlleva que dos mundos sean distanciados por un mismo Dios único con una violencia desenfrenada como jamás antes se contempló.


¿Por qué fue tan trágico realmente este episodio de la historia? ¿Acaso hay algo más detrás de este móvil tan simple y puro de lealtad a Dios y el amor divino llevado a tan inesperado cenit? Todo a su tiempo, pues aun quedan dos entradas más...

domingo, 8 de febrero de 2009

LAS CRUZADAS: PROLOGO 1/3


REALIDAD Y FICCIÓN

Aún recuerdo con nostalgia, aquella primera imagen que tuve de las Cruzadas. En mi tierna niñez me parecía increiblemente atractivo el hecho de que unos caballeros ataviados con pesadas armaduras, portando lanzas, enormes escudos y montados en caballos adornados con elegancia, se lanzaran a la aventura en pos de defender unos ideales tan puros, que quiza por ello sintonizaban con mi precoz ingenuidad.


Tierras extrañas con costumbres totalmente diferentes; Donde los exuberantes y pomposos palacios de los Sultanes de relevante pulcritud en sus modos, merodeaban con pose altiva rodeados por no pocas y bellas mujeres vestidas con seda transparente... ansiosas de amor. Muchas de mis primeras fantasias erótico-festivas evocaban esos momentos de la historia, en los que me imaginaba escabulléndome entre los eunucos que vigilaban atentamente a esas hermosas bellezas que siempre llamaban a la sensualidad.


Pero con la misma fuerza, me atraian las leyendas que manaban de las ordenes de los monjes combatientes. Desde los Hospitalarios, los valientes Caballeros Teutones hasta los míticos Templarios. Su particular disciplina, los extraños rituales y esos juramentos iniciáticos. Sus votos, los codigos secretos, sus vestiduras adornadas con raros y esotericos símbolos que nunca acababan de entenderse. Toda esa aura de misterio y honor me ensimismaba. Después estaban las apabullantes reyertas que evocaban a la épica clásica. Monumentales batallas a campo abierto, reinadas por el caos, nubes de flechas donde las espadas y cimitarras silbaban y chocaban estrepitosamente segando vidas sin piedad. Para la mente de un niño, curioso y ansioso de conocimiento del mundo, todas esas emociones tan fuertes: Sensualidad, miedo, temor, goce, morbo, espiritualidad... suponian ¡¡Vivir al limite!!! Abrian nuevos horizontes que estaban mucho mas allá del aburrimiento de lo cotidiano.


Pues ¿Porque no podía vivir como ellos? Para el Cruzado, cada día puede ser el último. La Fe y la justicia bien valen cualquier sacrificio, bueno... además, no debía morir, no sin antes al menos ver de nuevo a aquella voluptuosa chica de hermosas caderas que me guiñó el ojo en la tienda del sultán. Heme aquí dispuesto, movido por esos recuerdos a analizar y reflexionar sobre aquel momento historico. Cuan equivocado estaba en mi juventud, cuantas cosas se me escapaban. Que poco sabe de la futilidad de la vida un niño, y que limitados sus conocimientos de la manipulación y el poder. Mucho es lo que se puede contar, pero la Trilogia Bloguera de las Cruzadas comienza a partir de aquí. Para mi supusieron un cenit que brillo por su intensidad produciendo en igual medida luces y sombras; palpitante de vida, misterio, valor y horrores. 

Todo ello supondría un final paradojico y simbólico a toda la edad media. Un resumen de todo lo que representó aquella epoca. Pero no os dejeis convencer tan pronto por mis precipitadas palabras, aun queda mucho mas que contar... y realmente hay gestas, inividuos y cosas memorables a recordar. Para calentar motores, os dejo pues con una maxima del poeta Arabe Abul-Ala-al-Maari, escrita en el 1022 D.C.

'Los habitantes de la tierra se dividen en dos: Los que tienen cerebro pero no religion, y los que tienen religión pero no cerebro.'

sábado, 7 de febrero de 2009

BIENVENIDOS…



Un castillo es un lugar seguro, donde buscamos refugio del exterior. Este escondite virtual intentará encontrar iluminación, saborear la magia de crear algo de la nada y conservar los tesoros que otros menosprecian. Pues ¿Qué es la riqueza sino bienestar? ¿Y que es el auténtico poder sino la sabiduría? Preparaos para adentraros en las catacumbas de esta fortaleza, fundadas por seres de mitologías inesperadas y pasados increíbles.

Entre fantasías desbordadas realizaré la ilusión de apartar este castillo de la tierra. Allí encerraré demonios personales en habitaciones perdidas por enrevesados corredores; sus salones estarán llenos de tapices adornados con ideas ajenas y ensombrecidas por los símbolos intraducibles de mi memoria.


Pronto se abrirán las 7 puertas que encontrareis a vuestra derecha. Quizá la septima, sea la que tarde más en abrirse. Mientras, os dejo con 3 frases interesantes y castillos que aspiraron a ser logo del Castillo del cabo brumoso.

Disfrutad la estancia:

"Los locos construyen castillos en el aire, los cuerdos los habitan y los psicólogos cobran el alquiler." Anónimo

"Sólo quienes tienen los pies en la tierra pueden construir castillos en el aire." J.R.R. Tolkien

"Cada uno somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro infierno. " Oscar Wilde

También quisiera dejar constancia, que este proyecto no hubiera nacido, de no ser por la inspiración de mi mecenas Ambrosius Stein Markgüilick, señor del castillo del cabo brumoso.