Al borde del mar infinito, se yergue escondido en el tiempo, un castillo, construido con ideas ingenuas que ocultan secretos que a pocos interesan.

Tras cortinas vaporosas y viejos muros, se halla siempre abierta su puerta esquiva. Dentro, algunos encontrareis consuelo; otros sin embargo solo una ilusión ajena que os hará perder un valioso tiempo entre sus vacíos corredores.

viernes, 8 de enero de 2010

CRÓNICAS DEL MUNDO: CAPÍTULO 3



BABILONIA... LA MAYOR CIUDAD DEL MUNDO


No muy lejos del mencionado Egipto, aunque fuera de África y en una amplia llanura; hay un lugar caluroso cruzado por dos ríos: El Eufrates y El Tigris. Debido a este fenómeno, a esa región se la llamo en griego ‘Mesopotamia’ (País entre ríos) De la misma forma que el Nilo, también estos torrentes se desbordaban y creaban zonas pantanosas cultivables donde prosperaron los hombres hace mucho. Actualmente en esas amplias llanuras se ven de vez en cuando grandes colinas, pero si se echa un ojo detenidamente, notamos que son restos de ladrillo de una ciudad muy, muy vieja. Al no estar construida en piedra, el sol y el tiempo la han desmoronado.



Aquí se modelaron nuevas formas de organizar la vida que dejaron su impronta en las sociedades futuras y nos brindaron, junto con Egipto, los primeros testimonios escritos de la historia. La Mesopotamia, era una zona de fácil acceso desde África, Asia o Europa, y por ello se convirtió en un lugar de paso de variados pueblos. Esto se debió a que es una región “abierta”: Desde el Oeste, los desiertos de Siria y Arabia, una zona recorrida por pueblos seminómadas que luego cruzaron el Eufrates. Y Por el Norte, los montes de Armenia.


Pues bien, no lejos de allí se levantó la mayor ciudad de la antigüedad, donde se reunían una gran cantidad de personas de todos los lugares del mundo conocido para comerciar. Habían unas torres escalonadas inmensas, de las que aun quedan restos ¿Recordáis la historia Bíblica de la torre de Babel? Apuntaré como pequeño inciso, que los judíos siempre han sido famosos por su fantasía a la hora de contar relatos... No en vano, en la misma Babilonia tenían muchos esclavos judíos que solían trabajar contando cuentos para amenizar las jornadas.


El Tigris y el Eufrates forman una especie de ‘embudo” que invitaba a cualquier pueblo montañés a bajar para comerciar. Además por el Este, estaba Irán, una meseta que siempre codició la riqueza de Mesopotamia y de la que está separada por los montes Zagros. Al Sur, se situa el golfo Pérsico. Estas condiciones geográficas influyeron en la evolución histórica de la región. Mientras que Egipto disfrutó de aislamiento y seguridad durante siglos, en la Mesopotamia se presentaron constantes variaciones, incursiones de pueblos, sucediéndose una dominación tras otra. En su mayoría, estos pueblos eran de origen semita, provenientes del desierto arábigo.


Ahí tenemos la Biblia también como interesante testimonio de sus capacidades narrativas. Pero fijaos en como describen los judíos la torre de Babel en los textos sagrados. Intentad apartar la moralina divina y reflexionad. Una gran torre, muchos idiomas, castigo por la presunción arquitectónica y sed de conocimiento del hombre que produce su destrucción.



Sumeria (Sumer, Shumer o Shinar) (escrito en cuneiforme KI.EN.GI) es una región histórica del Oriente Medio que formaba la parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. En la imagen vemos un Zigurat de la ciudad de Ur que se ha conservado hasta nuestros días. Las ciudades sumerias se erigían alrededor de éstos y en ellos, se realizaban ritos sagrados.


Personalmente, pienso que los judíos que idearon este cuento usaron hechos reales, como la magnificencia de los Babilonios, a los que odiaban por someterlos y arrancarlos de su tierra, por ello son severamente castigados por su Dios, el único y auténtico. Pues solo él se apiadaba de su esclavitud ante los engreídos babilonios. Esto es algo muy curioso. El hecho de que haya muchas lenguas, más que un castigo como lo describe la Biblia, es un fenómeno evidente y característico de una ciudad que albergaba gente de lugares muy lejanos, lo cual para un pueblerino o habitante de una sociedad tan cerrada como la judía, sin duda era algo increíble. Desafortunadamente, la caída de Babilonia, como veremos luego, también se produjo. Podría deciros más teorías sobre el tema, pero lo dejo a vuestro criterio y ánimo investigatorio, pues aunque siempre hay algo de verdad en todo... leer entre líneas muchas veces es muy revelador, imás ncluso en textos canónicos como el que nos ocupa.



Aunque muy posteriormente, Babilonia también es conocida por haber albergado una de las 7 maravillas del mundo: Los jardines colgantes. En el año 539 antes de Cristo los persas conquistaron Babilonia, y ello provocó su decadencia. La población fue menguando y para cuando Alejandro Magno visitó la ciudad (sobre el 326 A.C.) parte de ésta se encuentraba ya en ruinas. La destrucción definitiva tuvo lugar en el año 126-125 A.C. fecha en la que Evemero conquista la ciudad y la incendia. Desde entonces no quedan más que las ruinas a orillas del Éufrates. Algunos comentarios de las fotos, los he sacado de la Wikipedia, así que he dejado los links para ampliar documentación en caso de que alguien quiera aprender más sobre el tema.


Al norte de Babilonia, había otra gran ciudad llamada Ninive, capital de los Asirios. Y entre estas dos ciudades florecieron Asirios, Babilonios y Sumerios. Estos últimos, se ha descubierto recientemente, estaban más adelantados que los egipcios en algunos temas, así que no es fácil determinar al pueblo del Nilo como el más antiguo. En la Biblia, se menciona concretamente la ciudad de Ur.


La civilización sumeria está considerada como la primera y más antigua civilización del mundo, aparte de que algunas de sus leyendas merecen una entrada exclusiva. La procedencia de sus habitantes, los sumerios, es incierta y existen numerosas hipótesis: la más aceptada hoy en día es la que argumenta que no hubo una ruptura cultural con el período de Uruk y que por lo tanto no tuvieron que ver factores externos, como podían ser invasiones o migraciones de otros territorios lejanos.


Y tras algunas excavaciones, se encontraron tumbas con unos objetos preciosísimos y refinados con la misma edad de la 1ª pirámide, y un tipo de escritura en cuñas tallada en tablillas de cerámica. En ellas se narraban historias del héroe Gilgamesh enfrentándose a monstruos y dragones, crónicas de reyes orgullosos, sus hazañas y crónicas de los templos que erigieron para la eternidad. Pero sobretodo, contratos, certificaciones, listas de mercancía... Así queda fuera de duda que eran como los Babilonios y Asirios, un pueblo de comerciantes.



La Epopeya de Gilgamesh es una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, considerada como la narración escrita más antigua de la historia. Se emplearon tablillas de arcilla y escritura cuneiforme, lo cual favoreció su preservación. La versión más completa preservada hasta la actualidad consta de doce tablillas. La obra es muy leída en traducciones a diversos idiomas y el héroe, Gilgamesh, ha pasado a ser un icono de la cultura popular.



Originalmente se la conocía por el título "Él quien vio las profundidades" (Sha naqba īmuru) o "Por encima de todos los otros reyes" (Shūtur eli sharrī), ya que eran las primeras líneas de sus partes principales. Es posible que Gilgamesh haya sido un rey a finales de Segundo Período Dinástico Inicial (aproximadamente Siglo 27 A.C.). El poema trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh, también conocido como Istubar, y su amigo Enkidu. Una de las tablillas relata un episodio muy parecido al de la Biblia sobre el diluvio. Las aventuras para matar al gigante Khumbaba, el descenso a los infiernos y la relación entre dioses, semidioses (como el propio Gilgamesh) y mortales le dan un claro origen prehelenístico. El núcleo sentimental se encuentra en el duelo tras la muerte de Enkidu. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad e inmortalidad.


Una mención especial debe hacerse a las dos enormes aportaciones de estos pueblos a la historia del mundo: El primer código escrito con leyes razonables y justas (1700 AC) ¿Os suena el nombre de Hammurabi? Y la segunda, la apasionada observación de los astros. Estos parecieron fascinar a este pueblo. Rezaban al sol, la luna y las estrellas; y los observaron con admiración durante cientos de años ¿Por qué? ¿Que era eso? ¿Pensaban que el mundo era un disco, y el cielo una concha hueca sobre este? Pero entonces... ¿Por que algunas estrellas se movían? En aquellos tiempos, fue posiblemente la vez primera en que los hombres se plantearon esos dilemas. Las estrellas… también a estas les pusieron nombres.


Los estudiosos consideran que el mito de Gilgamesh se originó en una serie de leyendas y poemas sumerios sobre el mitológico heroe-rey, los que fueron ensamblados mucho después en un poema más extenso acadiano; la versión más completa que existe actualmente consiste de doce tabletas de arcilla pertenecientes a la biblioteca del siglo siete A.C. del rey asirio Ashurbanipal.


La Osa Mayor en concreto, la estrella cercana a Libra, les desconcertaba y atraía por igual. Todo era un gran misterio que debía significar algo para el hombre. Y se afanaron en organizarlo todo por la posición de estos, llegando incluso hasta adivinar el futuro del hombre por los astros. Así nació la Astrología, que influyó poderosamente en Grecia algunos años después. En aquel tiempo de incógnitas celestes, sin duda la pitonisa Lola habría triunfado. Algunos planetas daban suerte, otros desgracia, y a cada Dios planeta se le asigno un día. Marte: Dios de la guerra, Venus: Diosa del amor...


La inventiva y la imaginería simbólica que inspiraron los ecos de la metrópolis de Babilonia como centro cultural y estandarte político del Antiguo Oriente durante el primer milenio antes de Cristo, dieron lugar a interpretaciones típicas y metafísicas que el universo del mito y de los estudios religiosos posteriores han abordado con frecuencia. Actualmente, cuando se visitan sus paupérrimas ruinas compuestas de algunos montículos, parece increíble que este lugar haya sido alguna vez, la esplendorosa Reina del Oriente. Los turistas la abandonan decepcionados, pues ofrece una visión lamentable comparada con las pirámides de Gizeh, la ciudadela de Petra en Jordania o con los palacios de Persia.

Los cinco planetas conocidos eran: Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. El sol y la luna también tuvieron sus días, imagino que adivinareis cuales son en nuestra forma de medirlos actualmente. Esto se produce en todos los idiomas occidentales con mayor o menor similitud, incluido el alemán, pero con sus correspondientes Dioses Germánicos: Dienstag deriva probablemente de Zius-tag (Dia de Ziu, Dios de la guerra) o Donnerstag (Donar es el equivalente germánico de Júpiter, no de Donner Kebab)


Los babilonios estudiaron los movimientos del Sol y de la Luna para perfeccionar su calendario. Solían designar como comienzo de cada mes el día siguiente a la luna nueva, cuando aparece el primer cuarto lunar. Al principio este día se determinaba mediante la observación, pero después los babilonios trataron de calcularlo anticipadamente.


Así se conformo nuestro calendario y posteriormente los meses del año, pero eso vendrá luego... Imaginaos solo, a un pueblo que miraba a las estrellas buscando respuestas en sus enormes torres superpuestas con enormes contrafuertes y altísimas escalinatas que se elevaban por encima de la densa niebla que asola estas tierras; para así poder contemplar el firmamento. Su último rey poderoso, fue Nabucodonosor, que luchó contra Egipto y esclavizo a muchos pueblos.



"Babilonia, la flor de los reinos,

prez y orgullo de Caldea,

será semejante a Sodoma y Gomorra,

destruidas por Dios.

No será habitada jamás ni poblada

En generaciones y generaciones.

Ni pondrá tienda el árabe,

Ni pastores apacentarán allí.

(...)

Su hora está por llegar

y sus días no tendrán prórroga."


(Isaías XIII: 19-22)


El creyente, si se recuerdan las palabras del oráculo de Isaías, el testimonio ruinoso se convertirá en una prueba de fe, pues la profecía se cumplió incuestionablemente. Para otros, es solo un complejo arqueológico más, que como tantos, cayo en el olvido. Sin embargo, hay un hecho incuestionable: de no ser por la Biblia o por las referencias de los historiadores clásicos, raramente el ojo profano hubiera imaginado que bajo arenas tan calladas descansa la que fue "flor de los reinos y orgullo de caldea". Sea por la mano de Dios o por las vicisitudes de la historia, nada ha quedado de ella.


Pero la historia debería recordarle más por sus logros en el aprovechamiento de los recursos fluviales con canales y depósitos que hicieron la tierra sumamente fértil y apta para que prosperara su pueblo y llegara tan alto como sus torres, y multiplicara la flora y la vida de su gente.


Varias reconstrucciones de como pudo haber sido Babilonia.


Hoy esos canales se cegaron y los depósitos se han llenado de lodo, y ese país solo es ahora una llanura desértica y pantanosa llena de escombros donde antaño reyes severos con barbas largas y negras ordenaron los días y la vida mientras miraban el firmamento buscando respuestas.


Por cierto, estas imagenes son del Principe de Persia 3: Two Thrones para la PS2. Fijaos en la reconstrucción de la torre de Babilonia comparada con la anterior.


Con este juego ocurre un poco como con Assasin's Creed. Merece la pena pillarse el juego solo por recrearte paseando por las sinuosas calles rodeadas de casas altas, palacios y templos de la época... Alucinante para cualquiera que disfrute con la historia.


Proximamente, más novedades del ocio electrónico, un breve inciso para relatar algunas tragedias de la triste historia de un pueblo olvidado y alguna que otra sorpresa. Prometo un mínimo de una actualización semanal, al menos, cada viernes.




1 comentario:

Lord Ghoultiérrez dijo...

Guapísima la documentación, el estilo sesudo y completo, la riqueza lingüistica de costumbre y la inevitable concesión al cachondeo con la mención de los Ke-Babs XDDDD

Así que de aquí viene el jodido Gilgamesh, que hasta una editorial de por aquí le ha robado el nombre. Ah, y por cierto, hay un relato de Howard llamado "El fuego de Asurbanipal", ya que estamos con las referencias.

Saludos babelianos.