Al borde del mar infinito, se yergue escondido en el tiempo, un castillo, construido con ideas ingenuas que ocultan secretos que a pocos interesan.

Tras cortinas vaporosas y viejos muros, se halla siempre abierta su puerta esquiva. Dentro, algunos encontrareis consuelo; otros sin embargo solo una ilusión ajena que os hará perder un valioso tiempo entre sus vacíos corredores.

lunes, 14 de septiembre de 2009

DISTRITO – 9

LA GRAN SORPRESA DEL VERANO


Vuelvo estrenando la nueva etiqueta de cine y me complazco además en comentar la película que hacía tanto tiempo que esperaba. He de decir que Distrito 9 no solo no me ha defraudado, sino que ha superado ampliamente mis expectativas. La película no es únicamente un espectáculo visual, sino una reflexión incendiaria y sugerente sobre el mundo en que vivimos.

Aquellos que la hayáis visto ya o al menos el trailer, no será necesario que os comente la premisa principal, pero para aquellos que no… Solo recomendaros que esto esta lleno de spoilers. Si no pensais verla, imaginaos que una enorme nave extraterrestre aterriza en nuestro planeta, pero no en los EEUU o Europa, sino en medio de Sudáfrica. Por circunstancias, los gobiernos toman el control sobre ellos y debido a diversos intereses científicos y políticos, no dejamos que se vayan. Se abre así una historia de manipulación y secretismos, en principio para poner a la humanidad entera en contra de estos extraterrestres, pero sobretodo, para no dañar la imagen política o los intereses de las grandes empresas que controlan a los recién llegados como ganado. Curiosamente, de la misma forma que hacen los medios con la opinión pública.

La Xenofobia es uno de los temas principales en ‘Distrito 9’ En ella se expone sin paños calientes la violencia que ejerce el grupo social más fuerte, representado por una corporación internacional que busca sus propios intereses enmascarados por una falsa ‘solidaridad’. Algo que debería recordarnos situaciones y guerras no tan distantes en nuestra propia historia. El ritmo intenso no para hasta que cierra la película con un final que deja con ganas de ver los próximos trabajos del sudafricano Neill Blomkamp y la sensación de tener un nuevo clásico de la ciencia ficción.

Parece ser que los recién llegados muestran una actitud pacífica e intenciones de querer irse, al menos en el primer trailer, pues esa escena ha sido finalmente eliminada en la película final, en pos de una mayor ambigüedad, sobretodo con respecto a la supuesta evolución negativa de los nuevos huespedes en la tierra. Múltiples enigmas se plantean más por lo que no se menciona que por lo que se dice, y su narrativa inspirada en los documentales, ofrece además una visión parcial y poco objetiva que da juego a la sugestión. El “Distrito 9” es la zona destinada a los alienígenas donde permanecerán recluidos en condiciones pésimas y que supuestamente encierra muchos secretos, entre ellos, una verdad que la gente no quiere ver y por eso los ocultan entre esas murallas.

Aquí tenéis algunas críticas de la película:
Hollywood: Una original película de ciencia ficción que te atrapa inmediatamente, no dejándote escapar hasta el último segundo.
Variety: Esta terriblemente absorbente ficción especulativa lleva las huellas salpicadas de sangre de Jackson, pero también anuncia al director Neill Blomkamp con un diestro talento que merece la pena seguir.
Bloody Disgusting: Distrito 9 es sin lugar a dudas la mejor película del verano, y ha conseguido que vuelva a amar el cine de nuevo. Engancha, es explosiva, no deja de impresionar ni un sólo momento – Como las grandes películas de verano deberían ser.

Desde el primer momento, debido al ingenioso estilo documental, no nos queda muy claro de dónde vienen ni por que están aquí los visitantes, si bien el director ha sugerido en varias entrevistas que podrían ser una raza acostumbrada a largos viajes espaciales en busca de minerales y otras materias primas en lugares muy distantes del universo, los silencios incómodos de Christopher a su hijo, a veces parecen sugerir que no quiere volver. Quizá en su mundo la situación no era mejor, o tal vez huían de una guerra que parece seguirles, o quizá simplemente se perdieron de su nave nodriza como se insinua al principio. Cabe además la posibilidad, de que quizá en la nave en que llegan, también se marginara a los sumisos insectos obreros, pues el estado inicial que muestra el comienzo de la película los presenta como enfermos y hambrienros. Aunque también podríamos pensar que es otra forma de manipular... Dado el comportamiento final de Christopher, podríamos llegar a la conclusión contraria, en la que tal vez por los, alienígenas se pararon en la tierra para evitar que estos murieran de hambre. Nada de esto se aclara, invitando activamente a la imaginación.

La diversificación física de especies entre ellos tampoco se explica demasiado. Vemos que Christopher y su hijo, son verdes, otros amarillos y la mayoría con tonalidades oscuras. Si bien no sabemos si el color se asocia a la inteligencia, la sorpresa de Wikus sugiere que no es algo que la MNU conozca. Se deja entrever, que quizá la desaparición de sus líderes insecto sea una maniobra de los gobiernos terrestres, ya sea porque los retienen o los han eliminado, pues Christopher bien pudo hacerse cargo de la situación de los suyos y tiene una gran capacidad de iniciativa, a diferencia de los aparentemente instintivos comportamientos del resto de los supervivientes insectoides.

A pesar del desagradable aspecto de Christopher, la busqueda de libertad para los suyos y su hijo nos será más cercana que los actos crueles de Cobus y sus militares sin cerebro.

Pero si a eso nos agarrabamos como principal diferencia, el punto cumbre de la pelicula nos desorientará aun más. Se produce un paralelismo del abandono de Wikus por los humanos con la situación extraterrestre, haciendo que él mismo se porte como uno de ellos. Rebuscando en la basura e involucionando en una bestia que solo busca la libertad a pesar de haber sido una vez un ser civilizado. El contraste inicial entre los monstruos y los humanos cuando interactúan, nos muestra a unos hombres que bajo el amparo de la ley, consideran correcto quemar huevos por no tener licencia de reproducción, o pensar que solo por ser amables con los bichos, pueden hacer con ellos lo que quieran. Los sentimientos de desesperación de los monstruos, resultan sin embargo, más humanos que los de los hombres, que gradualmente nos invita a un sentimiento de justicia que trasciende a la especie, y nos deja una triste sensación de veracidad, si es que alguna vez ocurriese algo parecido.

El ejemplo de las citaciones y el abuso con las simbólicas latas de comida para gatos, es particularmente revelador cuando se deja a las mafias traficar con este. Con el paso del tiempo se producen un montón de situaciones en cierto modo lógicas, pero que se alejan de las clásicas películas de contactos alienígenas. Estos seres sencillamente, no son bienvenidos y se sugiere constantemente el apartheid de Sudáfrica de la última mitad del siglo XX, con un sinfín de detalles y dilemas morales interesantes, aunque por razones de tiempo, no se desarrollan demasiado.


Toda la historia se ha inspirado en el Distrito-6, un area residencial en el interior de la ciudad de Cape Town, que fue declarada 'Solo para blancos' por el gobierno en 1966. 60,000 personas fueron people trasladadas a la fuerza y reubicadas en los Cape Flats, a 25 km de allí. La pelicula además sugiere los hechos contemporaneos del post-apartheid sudafricano a nuevos ghettos y la resistencia de sus residentes, como el Joe Slovo Informal Settlement en la Ciudad del Cabo (Cape Town) a areas de recolocacion temporal en Delft, los intentos de deshaucio de Abahlali baseMjondolo y los del 'shack settlement', en Chiawelo, donde se ha rodado la película.

Resalta especialmente que el hecho de rodar a caballo entre documental y película no se haga pesado al espectador, consiguiendose que entre estas hibridas formas de narración y los movimientos de las cámaras, se llegue a un extraño equilibrio. Neill BlomkampNeill cambia de plano y enfoque con mucha soltura, dando una personalidad narrativa que destaca por su originalidad y fuerza, algo poco frecuente, si se me permite decirlo, en los tiempos que corren, donde el mareo generalizado y estética videoclip tiranizan los rodajes de los filmes de acción. De hecho, es particularmente magnífico que sin apenas notarlo, llega un momento en el que el film deja de ser un falso documental para convertirse en película, y el tránsito es tan suave que el espectador ni se da cuenta, o al menos yo no lo noté.

Sin haber cumplido aún los treinta, Blomkamp es un brillantísimo creador de efectos especiales que ha participado en series de televisión como Stargate (1998) y Smallville (2001), responsable del famoso anuncio de Citröen que emula la saga Transformers o de la no menos brillante película introductoria del videojuego Halo. El segundo culpable de que este film haya sido posible es Peter Jackson, el realizador de la trilogía del anillo no sólo se está destacando como un brillante cineasta si no que además es un productor audaz que no ha dudado en hacer que Blomkamp se estrene como director de largometrajes tras ver su extraordinaria labor en los cortometrajes Tempbot (2006) y Alive in Jogbur (2005), de hecho comprobareis que este último es el origen de la cinta que estamos comentando. Jackson ofreció treinta millones de doláres a Bloomkamp para que que rodase lo que quisiera.

Las influencias son tan dispares, que el conjunto adquiere una personalidad muy marcada. Vemos realismo crudo, mezclado con televisión, películas de ciencia ficción clásicas, constantes giros de trama y una evolución trepidante que parece más afín a los brutales videojuegos actuales que al cine. Todo se mezcla con un drama alegórico que a veces genera un sentimiento de «reír por no llorar», pues es magistral la forma de insertar el humor del cineasta en un contexto tan descarnado, como por ejemplo la escena de la piruleta. Todas las implicaciones y complicaciones se ennegrecen cada vez más con un ritmo trepidante, en una atmosfera siempre iluminada por un sol radiante africano, hasta que los giros llevan a la historia a un final emocionante con una clásica pero correcta escena de acción y emotivoa última imagen que cierra el círculo como narración documental.

Fijaos en la natural evolución del protagonista, que de forma creíble pasa de ser despreciable a caernos bien. Es además particularmente curiosa la relación de intolerancia constante entre los humanos y alienígenas, donde resaltan especialmente las ácidas declaraciones de los ciudadanos negros quejándose por sus nuevos vecinos. Otro punto que me gustó es la visión crítica de las multinacionales, que en pos de beneficios, dejan de lado cualquier vestigio de humanidad con tal de adquirir más poder militar de los indefensos extraterrestres. Y no deja de ser particularmente significativo, que las mafias negras se aprovechen de los huéspedes y en su oscurantismo cultural, quieran poseer el poder de los visitantes, si bien con menos medios y tecnología que la MNU, sus aspiraciones son las mismas. Poder y control, aunque ellos se remonten más bien en su tradición tribal, donde debes comerte al débil para ser más fuerte y adquirir su poder.

Blomkamp ha desarrollado una fabulosa joya donde destaca su capacidad de sorprender incluso más allá de esta vertiente cinematográfica. District 9 ofrece una alegoría de los permanentes conflictos sociales y políticos debidos a la discriminación, al abuso de poder y la lucha por los derechos de las diferentes clases… aunque en este caso deberíamos hablar de razas.

En resumen, solo decir que como fan del género, pienso que se ha hecho una labor encomiable al añadir un montón de elementos atractivos para los aficionados a la ciencia ficción y a las películas tanto de acción como de planteamientos futuristas alternativos. Todo el conjunto sugiere una crítica a los abusos de poder y a los engañosos medios de comunicación que ostentan el poder de influir a la opinión pública. La ciencia ficción se funde con el realismo de las videocámaras, y esa mezcla de géneros aparentemente contrarios, se consigue con buenos efectos especiales y dándole a la historia una estructura de falso documental, sin olvidarse de los elementos dramáticos por el camino.


Es curioso que la historia empiece como una película social donde primero se ayuda a salvar vidas pero luego se las excluye en guetos, donde aprovecharse de los visitantes. Algo parecido puede verse en nuestras televisiones autonómicas, cambiando nave por patera. Por lo que es una película que puede interesar a cualquiera que quiera reflexionar sobre cómo convivimos con los que vienen de fuera.

A mi modo de ver, uno de los momentos mas memorables es el punto de inflexión en la peculiar vida de Wikus, que marcará el descubrimiento por parte del protagonista de lo que puede llegar a pasar cuando dejas de ser uno más y te marcan con un estigma imposible de ocultar. La marginación social y el verse como objeto de experimento, obligará a Wikus a abrir lo ojos, abandonado por los suyos en su peor momento, no le queda otra que darse cuenta de los valores de la vida y a reconocer los auténticos derechos que deben predominar en toda sociedad, por encima de pertenecer a un grupo. Quizá lo más hermoso de toda la historia, es como Wikus renuncia a su afinidad a la humanidad, aunque sus motivos primeros sean egoístas, y las circunstancias lo acerquen a Christopher, un alien que lleva 20 años trabajando por liberar a los suyos. Lo que en un principio iba a ser una lucha en su propio beneficio, la búsqueda de una cura y vuelta a la injusta normalidad; se torna en una lucha por los derechos de otros y por tratar de lograr una promesa de libertad a un pueblo oprimido.

A pesar del poco presupuesto, el aspecto visual de Distrito-9 es impecable.

Como dije antes, el principal talento del director, es la información que no da, pues algunas cuestiones quedan abiertas, como qué es exactamente ese ‘fluido’ que sirve tanto de combustible como de gel mutante, si Wikus realmente volverá algún día a ser persona o si Christopher juega con las promesas como hizo al principio, y volverá a ayudarle dentro de tres años, porque ya será uno de los suyos. También hay algunas cosas poco creíbles como cuando recuperan el cilindro o que los helicópteros de noticias vuelen tan cerca de la acción. Pero al ser ficción, lo entiendo como recurso narrativo y también pienso que un ataque con armas alienígenas por un humano no fuera algo esperado en el edificio de la MNU o la presencia policial en un lugar tan caótico como ese, no fuese tan buena como en el primer mundo.

Merito aparte merece el poco dinero que ha costado, apenas 30 millones de dolares, una miseria comparado con los 200 millones que consto Transformers 2. Recientemente, al haber recaudado más de 100 millones, el estudio y el realizador están encantados con el proyecto, ya que Neill ha demostrado que no hacen falta actores de renombre ni los cacareados efectos de ILM para hacer una película brillante de ciencia ficción.

Y ya para terminar despues de esta enorme parrafada, decir que aunque el director ha dicho que está dispuesto a continuar la saga ya sea en precuela o secuela, en realidad, por un lado me alegra, por que me ha dejado con ganas de más; y por otro no, pues igual que en Matrix, las incógnitas que no se respondieron en el film, eran preguntas deliberadas al espectador. Una invitación a la reflexión que como el mismo director ha señalado, pues Distrito-9 no se concibió para secuela. La lección de Blomkamp y Jackson es que se puede entretener inteligentemente y señalar cuáles son los problemas del mundo actual. No se profundiza demasiado en el tema, pero se sugieren muchas cosas. Solo nos queda esperar a que este joven director siga con su brillante carrera y pronto nos de noticias sobre su siguiente proyecto, adscrito al sub-género de horror science fiction que ya nos anuncia será menos denso en cuanto a guión, y que comenzará a escribir en breve. Solo se sabe que se desarrollará en un futuro muy lejano y en otro planeta, mientras los estudios se frotan las manos con las cifras y se tramita el nuevo Distrito-10.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La película ha sabido combinar las proporciones justas de elementos y resulta entretenida. Pero personalmente, no me parece innovadora: utiliza la forma de un documental (visto), para contar la historia de una gran nave alienígena que se suspende una gran ciudad (visto) pero esta vez lo hace sobre una del Tercer Mundo. Vale que los paralelismos que se establecen entre el Distrito 9 y el propio “apartheid” sudafricano, sirvan de base para establecer una crítica social, que van dejando cada vez más protagonismo a la evolución que sufre el protagonista, que pasa de perdedor incompetente a casi “héroe”(a la fuerza), que logra la huida de la nave, aunque ésta sea en realidad la única salida que le queda…
Lo que más eché en falta, es algún argumento de porqué se supone que ese pedazo de nave sólo necesita un tubito de un fluido que tardan veinte años en obtener y que lo mismo sirve para gasolina que para provocar una alteración genética que convierte a un humano en alienígena, o el hecho de que ninguno de los alienígenas, poseyendo tales armas y siendo conscientes de su poder destructivo, abandere un movimiento de rebelión a lo largo de 20 años, Que vengan de una tecnología superior y se dejen someter por nosotros, Que al final, el pequeñazo alienígena sea el que pone en marcha el chisme taaaan tecnológico, … no creo que sean preguntas sueltas intencionadas, ni me vale que sea porque se le ha querido dar relevancia a la historia.Sinceramente, no creo que currarse más esos vacíos le hubiera quitado mérito...

Charles Jesus dijo...

Pues yo creo que la película es A-C-O-J-O-N-A-N-T-E. Y yo creo que, aparte de excusas morales baratas sobre que esto es un alegato anti-racista y demás monsergas, esta maravillosa película define su mensaje en la escena que esta el tío con el brazo recauchutado pegando voces al infinito y gritando desde su alma: "ME CAGO EN LOS ALIENS".

Molan estas pelis que te las venden como dramas sociales y vas to convencido de ello al cine, y al final resulta que en realidad es de fantasía (épica, incluso). Una pena que omitieran las escenas de los marcianos mamándose en los bares de Manolos, jugando al dominó y buscando empleo.

Sick transit gloria mundi. O como dijo el marciano: In Vino Veritas.

Al fin sabemos de donde vino Chriphtophé.

Anónimo dijo...

exquisito.